Navidad: Entre Jesucristo y el Viejo Pascuero

08 Diciembre 2018

Cristo pasó a segundo plano, el Viejo Pascuero se lo llevó en su saco. Pero en esta Navidad, junto a su familia, pueden volver a poner las cosas en su lugar. 

Hermann Mondaca... >
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El 25 de diciembre se celebra con una fiesta litúrgica y familiar la Natividad: el nacimiento de Jesucristo. Su significado cultural -hace un tiempo predominante-, estaba consagrado como un espacio para la reflexión del Amor en familia.

Lo cierto es que el mundo cristiano occidental posee la edad de Cristo y Él, la edad del mundo occidental. Sin embargo, un nuevo personaje aparece en estas celebraciones. 

Este personaje ha arremetido en la Navidad usando diversos nombres: Papá Noel, Santa Claus, San Nicolás o simplemente Viejo Pascuero. Culturalmente hoy la Navidad está asociada a este personaje, de ahí que valga la pena indagar un poco sobre él.

La aparición del personaje se remonta al siglo IV, inspirado en el obispo cristiano ortodoxo San Nicolás, que llegó a ser un santo muy venerado por los cristianos de la Edad Media.

En 1624 cuando los inmigrantes holandeses fundaron Nueva Amsterdam -hoy Nueva York-, llevaron sus costumbres y cultura incluido Sinterklass, su santo patrono. 

Así llegaría Sinterklass a Estados Unidos para después transformarse en Santa Claus. Posteriormente se trasladaría a Inglaterra y Francia, donde se fundiría con el Bonhomme Noël.

La publicidad de la empresa norteamericana Lomen Company creará la leyenda que Santa Claus vivía en el Polo Norte y le agregaría los famosos renos como medio de transporte. Pronto -con el descongelamiento del casco polar ad portas-, tendrán que inventar otra historia.

El color característico del personaje hasta inicios del siglo XX fue el verde. En 1931, la empresa Coca-Cola, encargó al pintor Habdon Sundblom, la remodelación de su figura quien asoció sus colores al rojo y blanco corporativo de la bebida. La campaña masiva de esta bebida fue uno de las razones principales por las cuales el Viejo Pascuero terminó vestido de rojo y blanco. 

Este Viejo Pascuero autoinvestido de santo, se ha convertido en el paladín y propulsor del mercado que, aprovechando la fantasía pura de los niños, incita provocativamente a sus padres a consumir y a ser consumidos por el mercado. 

A partir de la nobleza pura de los niños, el mercado seduce a sus padres que son devorados por el consumo y ametrallados durante la próxima mitad del nuevo año 2019, a vivir la angustia de cancelar sus tarjetas de plástico.

Este Viejo barbón, desplazó al pesebre de las vitrinas de las tiendas comerciales y se convirtió en el personaje principal. 

Cristo pasó a segundo plano, el Viejo Pascuero se lo llevó en su saco. En su bolsa de consumo ha ido extinguiendo las tradiciones cristianas, el origen humilde del nacimiento de Cristo en el pesebre, la cultura de la diversidad expresada en los Reyes Magos que llegaron como inmigrantes a recibir a Cristo y la comunicación familiar. 

Pero en esta Navidad, junto a su familia, pueden volver a poner las cosas en su lugar. De Ustedes depende.

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