Opinión: Pobreza y Desigualdad, no solo de ingresos también de oportunidades

18 Julio 2014

Una vez más, la OCDE nos viene a mostrar que nuestros niveles de mejoría  son muy pequeños y somos sumamente lentos en avanzar para construir un país más integrado, más cohesionado, con mayor igualdad y justicia social.

Edwin Briceño Cobb >
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Hoy nadie puede negar el avance que ha experimentado nuestro país durante los últimos 20 años. La mayoría hemos sido partícipes de esa mejora, que tiene que ver principalmente con las tenencias materiales, pero también es cierto que no hemos sido capaces de  acortar las brechas respecto de quienes obtienen los mayores beneficiosde este progreso, y ése es uno de los principales problemas del Chile de hoy. Sin duda es muy importante que generemos riqueza, pero también que sepamos distribuirla entre todos y todas.

La pobreza de hoy es distinta a la del pasado. Nuestro país  ha dejado atrás las peores formas de pobreza, pero las nuevas manifestaciones del fenómeno se caracterizan por una vulnerabilidad muy elevada de las personas, principalmente caracterizada por la exclusión y segregación, no solo territorial, sino también social.

Recientemente conocimos el último informe de la OCDE, que al igual que otros organismos y expertos, señalan que Chile junto con Perú, Paraguay y Colombia, es uno de los países más desiguales de la región, siendo la región latinoamericana la más desigual en el mundo. Y la pobreza, qué duda cabe, está íntimamente ligada al tema de la desigualdad, no sólo de ingresos, sino también de acceso a oportunidades.

Una vez más, la OCDE nos viene a mostrar que nuestros niveles de mejoría  son muy pequeños y somos sumamente lentos en avanzar para construir un país más integrado, más cohesionado, con mayor igualdad y justicia social.

Las recomendaciones de la OCDE son claras y precisas para poder avanzar y reducir nuestros niveles de desigualdad: aumentar el mercado del trabajo, aumentar la calidad del empleo, mejorar las condiciones de negociación para los trabajadores y  mejorar las políticas sociales, y en un punto hacen referencia a generar políticas y programas más pertinentes con las realidades territoriales de cada región, políticas en educación, salud, cultura y habitabilidad, entre otras.

Aquellas regiones extremas como la nuestra y en especial sus  comunas rurales, requieren más recursos, pero también necesitan mayor eficiencia en el gasto que se ejecuta por parte de los organismos estatales. Por lo mismo,  los nuevos desafíos que tenemos como nación y como región van en la dirección correcta. Pero necesitamos que todos los actores cuenten con espacios de participación en la elaboración y ejecución de las reformas planteadas por el ejecutivo, y en especial para nuestra región, en el Plan Especial de Desarrollo Estratégico para Zonas Extremas. Cuando hablamos de romper la desigualdad hablamos de que todos dispongan de las herramientas suficientes para poder alcanzar un cierto nivel de bienestar y participación.