Qué hacen las azafatas para impedir que los pasajeros tengan sexo en el avión

17 Mayo 2016

La gente se aburre en los vuelos y tiene imaginación (tampoco hace falta mucha).

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Lo llaman “the mile high club” y parece ser una actividad refrescante, arriesgada y excitante. Pero, ¿la gente realmente hace eso? Pues sí.

La gente se aburre en los vuelos y tiene imaginación (tampoco hace falta mucha). Y, sobre todo, una falta de respeto esencial hacia las normas de higiene básicas, porque, como apunta una azafata, “no es que los retretes de un avión estén en mi lista de lugares favoritos para hacer el amor, porque son pegajosos, huelen fatal y el líquido del suelo no es agua, pero bueno, cada cual con su rollo”.

Otras, se muestran más generosas, como es el caso de una que afirma que “si no lo estás haciendo en público, eres silencioso y no actúas de manera sospechosa durante todo el vuelo... si quieres tener sexo, por mi bien”. Y así, sucede.

La periodista de Cosmopolitan Harvey Jenner publicó recientemente en 'The Sun' el hecho incontestable de que la actividad sexual en altura sigue en marcha. Los anglos lo llaman “the mile high club” y, a falta de comodidades, parece ser una actividad refrescante, arriesgada y excitante comparada con todo lo que se puede prever de un vuelo común a día de hoy; vease: escuchar consejos sobre como sobrevivir en caso de accidente (que no sirven de nada), soportar ir encajado en un espacio normalmente mínimo entre gente desconocida, encargar comida a precios de usurero, mirar las nubes, dormir, desconfiar de gente de otras nacionalidades o jugar a eso de las frutitas.

En Reddit, los usuarios confirman igualmente que la cosa funciona a veces: “Solía citarme con una azafata durante un tiempo”, cuenta uno, “y me dijo que cuando sucedía lo que hacían era simplemente abrir la cerradura de la puerta desde fuera y seguir su camino”. En todo caso se debe recordar que (por razones de seguridad, como casi todo últimamente) azafatas y azafatos pueden abrir las puertas de los baños desde fuera.

Otro auxiliar de vuelo, según cuenta otro usuario, tuvo una idea más condescendiente aunque quizá más efectiva: “Una pareja lo había hecho un par de veces durante el vuelo. La segunda fue justo antes de que sirvieran el desayuno, y el auxiliar convenció a todo el vuelo para que los recibieran con una ovación al salir”.