Sexualidad, Mujer y VIH/SIDA

05 Mayo 2007

El miedo a la adquisición del VIH no debe reprimir la sexualidad.

Rosa Trigo >
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En la sexualidad y en su expresión personal influyen múltiples factores, como la constitución anatómica, las vivencias del entorno más próximo, el deseo de los progenitores, los mensajes recibidos, el acceso a la cultura, la educación y las experiencias personales, entre otros.
Si en las relaciones sexuales compartidas toman parte los deseos y las preferencias de cada uno, éstas se enriquecen. Poder comunicarse con el o la compañero/a sexual permite negociar, compartir y por tanto mejorar la obtención de placer y disfrutar de la propia sexualidad.
El miedo a la adquisición del VIH no debe reprimir la sexualidad. Un acercamiento positivo al deseo de uno mismo/a y a la propia sensualidad puede ayudar a tomar conciencia personal de la importancia que tiene la prevención para disfrutar de una sexualidad placentera.
La realidad sexual de la mujer, la manera de expresarla y la obtención de placer en las relaciones compartidas son muy diferentes de las del hombre. Habitualmente las mujeres, para disfrutar de nuestra sexualidad, necesitamos algunos aspectos que en las relaciones sexuales no siempre se tienen en cuenta o no se valoran positivamente (la ternura, las caricias, la seducción, el juego, el diálogo, la sensualidad...).
Las mujeres a menudo hemos sido relegadas a un papel pasivo en las relaciones sexuales con hombres, lo que nos ha hecho más vulnerables, y hemos sufrido las consecuencias indeseables de una sexualidad no entendida desde la igualdad y la oportunidad de elección.
La mayor accesibilidad a los métodos anticonceptivos modernos ha permitido, a las mujeres, vivir más libremente nuestra sexualidad. Pese a esta libertad sexual, en muchas relaciones íntimas persiste la división de roles tradicional según la cual la mujer se adapta al deseo del hombre y no se enfrenta a él. A las mujeres, por la posibilidad de la maternidad, por lo que socialmente se espera de nosotras y por tradición, nos cuesta hacer prevalecer nuestro deseo, así como ser autónomas y decididas en las relaciones sexuales y en lo que estas pueden suponer.
La mayoría de las mujeres hemos asumido la responsabilidad de la anticoncepción. En los últimos años la píldora anticonceptiva o el DIU (dispositivo intrauterino) han sustituido al preservativo, lo cual ha permitido que el hombre se desentienda de la responsabilidad compartida en esta cuestión.
En las relaciones sexuales de penetración, el preservativo es la única protección eficaz para prevenir la adquisicion o transmisión del VIH, y requiere la contribución activa de nuestro compañero sexual.
Es importante tener en cuenta que, por nuestra anatomía y fisiología, las mujeres somos más vulnerables a la adquisición y transmisión del VIH en las relaciones heterosexuales y podemos adquirirla más fácilmente que los hombres. Por tanto, la responsabilidad de un contacto sexual sin riesgo es de los dos miembros de la pareja.
En una relación de pareja estable no se debe excluir el diálogo sobre la prevención del VIH. Para mantener la tranquilidad de la relación, a menudo no se quiere saber qué pasa fuera de la pareja, pero es importante afrontarlo y hablar de ello.
Si dudamos de la fidelidad de nuestra pareja sexual y ésta se resiste a utilizar el preservativo (condón), debemos insistir en lo importante que es prevenir el VIH así como otras enfermedades o infecciones de transmisión sexual. Actualmente, las mujeres también tenemos la posibilidad de protegernos utilizando el preservativo femenino, que tiene la misma eficacia que el preservativo masculino (en nuestro país aún no se vende en forma masiva).
Ante el deseo de quedarse embarazada, es imprescindible abordar este tema con la pareja.
En nuestro próximo artículo, desarrollaremos el ¿Por qué las mujeres son más vulnerables a adquirir el VIH?.


FOTO: histerica_sweet
Sábado 05 de Mayo de 2007

Comentarios

Imagen de Matias Barro

Condón o no condón... hoy

Condón o no condón... hoy esa pregunta no cabe. Condón sí o sí, el resto cae en una irresponsabilidad y un atentado contra nuestra vida.

Imagen de Gerardo Espíndola R.

¡¡¡Wou!!! que reflexión

¡¡¡Wou!!! que reflexión interesante invitas en tu texto Rosita. Y más aún, cómo es necesario comenzar a cambiar prácticas culturales, que de por vida han dejado a la mujer a cargo de todo lo que se relacione con la fecundidad y sus derivados.

Pero hoy el escenario es distinto, hace muchos años que es distinto y una relación sexual, el uso de anticonceptivos y el uso del condón no se limitan solo a la posibilidad de concebir, sino que pasa por nuestra responsabilidad ante nuestra vida, ante quien queremos, ante quien amamos, por lo que las resposabilidades (hablo del uso del condon en el sexo) no pueden desligarse, sino asumirlas como una realidad a la cual no podmos hacerle el quite en nuestra vida sexual.

Imagen de ALMA ROBLE

PASIVAS HEMOS SIDO POR AÑOS

PASIVAS HEMOS SIDO POR AÑOS CONSIDERADAS ANTE LA SEXUALIDAD COMO BIEN LLAMAS CON HOMBRES. Y POR LO MISMO SE CULPA SIEMPRE A NUESTRO GENERO, "QUE LA NIÑA EMBARAZADA NO SE CUIDÓ", "QUE LA MUJER VIOLADA FUE CULPABLE POR USAR MINIFALDA", "QUE MUJER QUE ABORTA VAYA SOLA A LA CARCEL" Y ASÍ UNA SERIE DE OTROS CONCEPTOS QUE MARCAN LAS CONDUCTAS SOCIALES Y HACEN QUE HOY, EL HOMBRE AL DELIGARSE DE SUS RESPONSABILIDADES REPRODUCTIVAS SEA QUIEN HAGA QUE SUS ESPOSAS SEAN LAS MAS VULNERABLES A CONTRAER ENFERMEDADES COMO EL SIDA.