Uno de los diez doctores chilenos en cosmología se encuentra en Arica

20 Octubre 2012

Su preocupación es llevar la ciencia a las escuelas rurales. “Queremos llevar tecnología de punta con experimentos de última generación a lugares donde no hay nada”

Ada Angélica Rivas >
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 “Algo estoy dejando, lo que hacemos ahora repercute en la eternidad…” Podría ser la frase de un filósofo, pero no, es de un físico oriundo de la ciudad de Rengo, Sexta Región, pero asentado en Arica, específicamente en la Universidad de Tarapacá. El doctor José Villanueva lidera el proyecto FIC consistente en un Laboratorio Móvil, que empezará a recorrer las escuelas rurales, entregando un legado científico a los alumnos de educación básica.

Está feliz. Y no es necesario preguntárselo. Los fundamentos de esa plenitud tienen un arraigo en su linda historia, que se inició con las motivaciones recibidas en su niñez cuando estudió en un colegio chiquito pero con el área científica muy desarrollada por buenos profesores. Desde la primera clase surgió su interés por esta área, luego continuó en la educación media, periodo en que se dedicó intensamente a preparar la prueba para entrar a la universidad.

Ingresó a estudiar Ingeniería Física en la Universidad de Santiago, especializándose en física aplicada. La historia se repitió. Tener buenos maestros fue la motivación para continuar estudiando un Doctorado en Cosmología en la Pontificia Universidad de Valparaíso, donde terminó formando parte del selecto grupo de menos de una docena de cosmólogos del país.

Su tesis se basó en el estudio de la expansión del universo, “un hecho experimental y observacional que se puede verificar cada día”, indica. ¿Cómo desarrolló su trabajo? “Tomamos los datos de los satélites, luego los modelamos y creamos teorías de la evolución del universo”.

Actualmente el tema que lo desvela es explicar la energía oscura, “un término bastante siniestro, porque sabemos que si agregamos energía y materia oscura a través de la Teoría de la Relatividad de Einstein podemos explicar las cosas, lo que no podemos explicar es de dónde viene la energía oscura, entonces mi trabajo fue proponer un modelo de energía oscura y contrastarla con los datos observacionales, es decir un trabajo que va a la par entre observación y teoría”, explica.

Hoy su enfoque está en el Laboratorio Móvil, un Proyecto FIC que cuenta con financiamiento del Gobierno Regional, consistente en acercar la ciencia a los niños de las escuelas rurales y ojalá dejar un legado consistente en futuros científicos que aporten a la región. A nivel nacional el proyecto está en segundo o tercer lugar, siendo pionero en la zona norte.

¿Cómo se siente con el proyecto?

-Soy el hombre más feliz en este momento, porque no vale nada estudiar una ciencia si uno no es capaz de transmitirla y dejar un legado en las personas. Los profesionales del proyecto somos felices entregando ciencia en los lugares donde a veces se hace muy poco al respecto.

En lo personal soy feliz como científico porque sé que estoy aportando un grano de arena y eso puede servir para que un niño tenga mayores competencias y pueda reflejarse en los científicos y algún día decida serlo. Ha sido un trabajo duro pero es súper reconfortante ver la cara de felicidad de los niños, yo me siento pagado con esto.

¿De qué se trata la cosmología?

Es la ciencia que estudia la evolución del cosmos como un todo, es decir, desde la formación de estructuras hasta la formación de agujeros negros, es estudiar el universo a través del tiempo. Nosotros somos privilegiados porque cada vez que hacemos una teoría hacemos una teoría del pasado y la verificamos hoy en día.

¿Cuál va a ser el beneficio del Laboratorio Móvil para los niños de la región?

El laboratorio móvil cuenta con experimentos de las cuatro ramas de las ciencias, biología, matemática, física y química. La idea es asistir a sectores tan alejados de la región como sea posible, para eso se compró un vehículo que es apto para llevar material sensible a  lugares donde los niños tienen cero posibilidades de encontrar un laboratorio de este tipo.

Este furgón fue modificado con tal de trasladar el material que tenemos disponible como pizarra interactiva, computadores y microscopios; esperamos sumar un telescopio para hacer intervención en lugares donde hay un legado ancestral en astronomía. El vehículo tiene autonomía en cuanto a generación de energía, por lo tanto, no es requisito que el lugar tenga electricidad, también tiene una red wifi.

¿Cómo se va a desarrollar la experiencia?

El contacto es con los directores y la Unidad Técnica de todos los colegios de la región, más que los colegios nos llamen a nosotros la idea es que nosotros lleguemos a ellos a complementar lo que ellos hacen y obviamente cooperar con lo que podamos para el crecimiento de las personas en los diversos lugares.

El proyecto en esta primera parte está enfocado a niños de quinto y octavo básico, llegando con experimentos relacionados con el plan educativo del Ministerio de Educación, por ejemplo, con la energía solar y eólica; entre otros.

¿Qué legado piensan dejar con este proyecto en la región?

Nuestro fin no es el lucimiento personal, lo que queremos es poder nivelar en cuanto a competencias a los muchachos de la región, sin importar clase social, ni etnia, ni el lugar donde viven. Nuestro legado es poder atacar socialmente las desventajas que tienen ciertos niños, que es la mayoría en nuestra región; algo que no es palpable en el sentido económico, es social, queremos que los futuros profesionales crezcan con las mismas competencias que cualquier otro niño de otro lugar con más posibilidades. Dejar herramientas y, si es posible, instrumentos, y que estos colegios prosigan un trabajo en esta parte, para finalizar con una gran exposición donde participe la mayor cantidad de alumnos y colegios que hayan sido intervenidos, con experimentos que hayan desarrollado en sus propias comunidades pero basados en lo que nosotros le hemos dejado.

El doctor Villanueva vive entre café de grano intermitente y fórmulas inentendibles para quienes no son del área de la física; ve poca televisión, ya que la violencia de las series o las noticias le provoca rechazo corporal. A su hijo le explica las dimensiones del universo y le aclara los conceptos relativos a la ciencia ficción. Observa que a veces también el crecimiento intelectual ha traído destrucción, como en Hiroshima, donde el avance tecnológico fue mal usado. Este joven científico investiga más por satisfacción personal que por exitismo, “cuando uno hace pequeños descubrimientos y saca cuenta que su modelo se ajusta bastante bien con los datos, créeme que es un regocijo personal, cuando llego a algo me estremezco entero”, finaliza.