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Durante 5 horas, la banda de bronce Rumisunkus, con nueve integrantes, tocó en cada uno de los 17 puntos de acopio y entrega de alimentos, que personas solidarias donaron a los integrantes del Bloque Proyección de la Fraternidad de Morenada Achachis Generación 90.

El recorrido de un extremo a otro de Arica se efectuó en un bus de turismo, sin ventanas, y con todas las precauciones de salud, como amonio cuaternario, alcohol gel y mascarillas con diseño propio.

¿Cómo se inició esto? Se efectuaron rifas con donaciones, para contratar los servicios de bus y músicos, pues la idea, además de recoger los alimentos donados, era mostrar que “más allá del carnaval los bailarines de la fraternidad son solidarios con sus pares, justo en un momento en que se recuerda la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús y el Niño Moisés, en que no se bailará, pero que se puede vivenciar de otra forma, en este caso, llevando la música de la morenada a distintos sectores de Arica”, indicó Cristian Zavala, presidente de la fraternidad.

La banda con su bombo y sus bronces rompió la soledad acostumbrada en este tiempo, existiendo una recepción sin par, pues en cada esquina, en cada ventana de los edificios y en las puertas aparecieron otros rostros y sonrieron por un momento, en los minutos que la banda tocaba, mientras los integrantes de esta fraternidad recibían las donaciones.

En el sector norte, los integrantes del Centro de Salud Familiar, Doctor Miguel Massa Sassi, en la entrada del establecimiento entregaron una caja de alimentos para los que menos tienen. Como acto recíproco la banda tocó morenada y cumbia, para darles ánimo a quienes están día a día, atendiendo a pacientes con enfermedades cardiovasculares y sintomatología respiratoria.

La fundadora del Bloque Proyección, Rosmery Zavala, señaló que “la gente necesitaba un poco de alegría en este tiempo en que hemos estado encerrados, con angustia y depresión, sin saber cuándo va a acabar, tenemos nuestra propia gente que tiene necesidades al interior de la morenada, por quienes estamos trabajando hoy”. Mientras que la tesorera, Débora Bautista, acota que “esperamos que haya sido una terapia al corazón”, finalizando Sebastián Tapia, guía del bloque, que “se siente satisfacción, alegría y el corazón muy llenito, pues el enfoque es ayudar a los demás”.

Después de cinco horas de música, solidaridad y ver rostros que se emocionaron al escuchar su acostumbrada banda de bronce, que hace tiempo no tenían cerca; y recibir apoyo de quienes están en la primera línea de salud, las energías se incrementaron en este ejercicio de ser feliz al dar más que recibir, porque al final del día fue así.