Titulo Exterior:
El Por Qué de la Regionalización I
Capítulo I: El establecimiento de Gobiernos Regionales, soberanamente elegidos por los habitantes de la región, traerá necesariamente una descentralización en la gestión política y administrativa.
Capítulo I. Participación ciudadana.
La falta de participación de la ciudadanía prácticamente nula en términos reales, es uno de los problemas críticos por los que atraviesa nuestra actual sociedad.
Hoy la ciudadanía se siente alejada de las instituciones porque no tiene influencia en ellas y por lo tanto sólo le queda encerrarse en el refugio de su propio individualismo, coartándole el derecho a desempeñar la dimensión social que le corresponde. Una vez que la sociedad civil comprenda y acepte la regionalización como un sistema moderno de organización para enfrentar mejor los retos de tipo político, económico y social, nuestro país adoptará este sistema de gobierno, ya que las estructuras de decisión descentralizadas constituyen el camino que, desde abajo hacia arriba, conduce a una democratización más amplia y participativa.
El establecimiento de Gobiernos Regionales, soberanamente elegidos por los habitantes de la región, traerá necesariamente una descentralización en la gestión política y administrativa, aumentando fuertemente la participación ciudadana, los liderazgos, la generación de iniciativas regionales, la eficiencia y la eficacia. Estimulará la generación de líderes dinámicos e innovadores, formadores de equipos humanos, capaces de detectar, generar y llevar a cabo proyectos de desarrollo para su región.
La regionalización tiene la particularidad de entusiasmar y de unir a las personas en las regiones, haciendo que lo que los une es mucho más de lo que los separa, que las diferencias desaparecen para dejar espacio a lo esencial: hacer que la calidad de vida de su gente mejore. Los retos son tan grandes que irán por encima de las diferencias coyunturales que se puedan dar entre los líderes de la región.
Uno de los objetivos fundamentales de una verdadera regionalización, será justamente enfrentar el problema de la participación de la ciudadanía, haciendo que ésta se involucre y motive activamente en la fijación y realización de programas que permitan impulsar un fuerte desarrollo económico y social de su región. Mientras más personas puedan solucionar algún problema, la sociedad será mejor. La eficiencia y eficacia de los Gobiernos Regionales irán de la mano con la capacidad de motivación de los equipos que se formen en cada una de las regiones. La sola propuesta seria de implementar verdaderos Gobiernos Regionales con la más amplia autonomía, será capaz de alinear y entusiasmar a la gran mayoría de la ciudadanía, sin excepción, en torno a esta solución reactivadora de la economía del país. Propuesta que, además de ser eficiente, efectiva y participativa, cumple con una condición básica, ser totalmente entendible por la ciudadanía.
El rol de los partidos políticos disminuirá en la medida que éstos pretendan excluirse de los problemas propios de la región. Los estatutos de los partidos se verán obligados a reformarse para que puedan ser mejores canales de las opiniones ciudadanas, incluyendo formalidades precisas en la elección de los candidatos que postulen a representar la región. El voto del elector será de primera importancia en el resultado y castigará a aquellos partidos que quieran imponer desde afuera su voluntad en la designación de los candidatos, sin considerar la opinión de los personeros locales representativos de la región. La supervisión de la actividad desarrollada por las autoridades elegidas, se realizará de “muy de cerca” por los electores, los que, por primera vez tendrán la capacidad de evaluar realmente sus desempeños.
Se trata de la nueva realidad del ciudadano. Una que está más preocupada de participar en la solución de sus problemas locales y no centrada en concepciones políticas que puedan encasillarlos en “conservadores o liberales”.
En resumen, el problema es estructural. Se debe pasar del actual modelo centralizado no participativo, a otro que promueva la directa participación ciudadana, posible con el estableciendo de gobiernos regionales que deben tener la más amplia autonomía de decisión y de recursos, dentro de un sólo contexto de país.
Chile, más temprano que tarde, deberá realizar esfuerzos importantes para contar con una democracia participativa que fomente ciudadanos activos, informados y responsables, con las herramientas y capacidades para generar riquezas y autoridad para gobernar sus propias vidas. De lo contrario, Chile no podrá dar respuesta integral a las actuales demandas de la ciudadanía que ya se está manifestando de una manera cuasi anarquista, cada vez con mayor fuerza y violencia para satisfacerlas. Esto es lo que tiene que buscar el Chile moderno, la verdadera regionalización del país para abrir las oportunidades de participación y unidad de la sociedad en el destino de su región y del país en su conjunto y así lograr la tranquilidad y el pleno desarrollo que tanto anhelamos para nuestra querida patria.
Ernesto Dattari Escudé, Ingeniero Civil Industrial