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Según las informaciones entregadas desde intendencia regional, de los 2.000 picaflores que existían hace ocho años, hoy sólo restan 400 ejemplares del ave más pequeña en territorio nacional.

Frente a esta situación, el gobierno regional mediante el control de pesticidas y la creación de microrreservas ha buscado evitar una eventual extinción del Picaflor de Arica.

En este contexto, el miércoles pasado el Gore de Arica y Parinacota, el Ministerio  de Medio Ambiente y la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación  y Agricultura (FAO), firmaron  un acuerdo de colaboración para la ejecución del proyecto ‘Conservación de Especies’.

De esta manera, y por medio del financiamiento de US$2 millones el Ministerio de Medio Ambiente concreta un trabajo de tres años enfocado en la conservación de esta especie en extinción, junto a otras tres pertenecientes a la Región del Biobío: Queule, Zorro de Darwin y Huemul.

El modelo de conservación de las especies busca recrear microrreservas, los cuales poseen ecosistemas que permitirán asegurar el hábitat del picaflor, conectando el territorio del ave al interior de los valles donde vive.

Al respecto, la oficial técnico líder de la FAO, Hivy Ortiz, dijo que “el proyecto consiste en recuperar el habitad del picaflor a través de corredores que permitan a esta especie sobrevivir en un área, pues por la biología que tiene esta especie necesita tener mucha energía y los diferentes sitios han estado degradados y por ese motivo le cuesta encontrar su alimento”. 

Finalmente, el subsecretario de Medio Ambiente, Cristian Gutiérrez, comentó que la iniciativa se enmarca en un proyecto de Global Environment Facility (GEF) para especies amenazadas y que se llevará adelante a través de la seremi regional.