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La realidad del VIH en Chile: Los cambios del comportamiento de la pandemia del VIH han reflejado que las mujeres tienen una mayor vulnerabilidad, exposición al virus por factores biológicos y sociales. En lo biológico como receptora y en lo cultural por falta de información y empoderamiento de la seguridad personal y autocuidado.

En los últimos años, la atendencia feminizante de la pandemia del VIH, así como la mayor afectación de niñas y adolescentes, ha permitido que los gobiernos y agencias cooperantes presten mayor atención al trabajo de prevención donde las mujeres sean parte activa.

En Chile, el primer caso de Sida fue notificado en 1984 y, desde entonces, la incidencia de infección por VIH ha ido en constante aumento. En la última declaración de ONUSIDA, indica que la pandemia a logrado una importante disminución en el mundo, pero en Chile ha habido un aumento. Según las estadísticas dadas a conocer por el Ministerio de Salud, en 2017 se registraron 5.816 casos de nuevas personas contagiadas por el VIH, lo que representa un aumento del 96% en relación a los años anteriores. De esta manera, el Minsal confirmó que hoy en el país hay unas 100 mil personas contagiadas con el virus, y que de ellas, el 50% no sabe sobre su condición.

Cuando hablamos de más de la mitad de la población en esta temática son mujeres, surge la urgencia de abordar la educación, el acompañamiento para ellas y sus familias, lugar donde deben recibir su primera contención y ser una red poderosa para ayudar las serie de innumerables eventos futuros a los cuales se verán enfrentadas.

En Chile la principal vía de transmisión en las mujeres es la vía heterosexual, siendo las mujeres dueñas de casa las más vulnerables frente a la pandemia. Son sabidas las denuncias actuales de reinvindicación femenina y la situación de violencia y discriminación de género, a esta situación de vulneración se suma la doble discriminación de ser mujer y vivir con VIH.

El machismo, violencia de género, estigmatización, flata de educación sexual, desinformación y desinterés de la población y de la política en temáticas de VIH, es el contexto en el que nos debemos enfrentar día a día, y es aquí donde el empoderamiento de las mujeres y el apoyo que genera la organización de ellas, que no sólo se refleja en los frutos de las acciones articuladas más eficientes, sino el apoyo psicosocial de las mujeres y niño/as y adolescentes.

Imagen de referencia: Huawei / Agencia Uno

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