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A pesar de que la enfermedad de Parkinson tiene 201 años desde que fue documentada, en nuestro país no existen datos ni estudios precisos sobre la prevalencia de esta condición. En base a datos internacionales se puede estimar que existen cerca de 40.000 pacientes con enfermedad de Parkinson en Chile. El no conocer con exactitud el número de personas afectadas por este padecimiento, dificulta el diseño de políticas públicas que faciliten el cuidado y mejoren la calidad de vida de los pacientes diagnosticados.

Actualmente esta enfermedad esta cubierta por el Auge o Ges con una cartera que considera tratamiento farmacológico y consulta con médicos, principalmente en el área de la neurólogía. Aparte de estos tratamientos, en la Guía Auge se mencionan también los de origen kinesiológicos y de terapia ocupacional, así como otras ayudas técnicas dependiendo del estado de la enfermedad como bastón de mano, andador o silla de ruedas. Sin embargo es importante también considerar tratamientos multidisciplinarios, incluyendo el área psicológica y/o psiquiátrica, debido al impacto socioemocional y físico que conlleva esta enfermedad.

Todo lo descrito anteriormente son cuidados paliativos, puesto que el Parkinson es un mal crónico y neurodegenerativo, por lo que avanza y se agrava con el paso del tiempo. A pesar de ello, han surgido en el último tiempo otros tratamientos de origen quirúrgico que benefician a algunos pacientes y aseguran cambios radicales en su calidad de vida, permitiendo bloquear los impulsos nerviosos que provocan el temblor y algunos otros síntomas típicos de la enfermedad como la rigidez, el agarrotamiento, el movimiento lento y los problemas para caminar. Si bien no cura el mal, permite que parte de los afectados puedan recuperar en parte su autovalencia.

Las investigaciones en la materia no cesan, y es así como el académico internacional y neurocientífico chileno, Claudio Hetz, del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica (BNI) recibió de la fundación del actor de “Volver al Futuro” Michael J. Fox, quien sufre de Parkinson desde los 30 años, un aporte de $260 millones para su investigación con la que pretende encontrar la cura del Parkinson.