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Suponiendo que no tienen beneficiarios y que el aporte que realizan por al arte no tiene relevancia para Arica, fueron las razones por las cuales la tradicional corporación cultural fuera calificada con nota 1, dejándola con un desino incierto, cargado de frustración.

 Sin desmerecer el aporte que reciben otros centros culturales y fundaciones que se preocupan por rescatar y dar valor a la cultura y arte en la región, lo cierto es que El Tren solo recibía 50 millones de pesos, de los cuales lograban pagar 11 sueldos mensuales, más los gastos operacionales que implican la realización de clínicas gratuitas, talleres durante todo el año y los costos básicos.

En la actualidad El Tren solo está dando 3 talleres, donde sus 2 monitores reciben un poco de dinero y lo otro queda para gastos básicos.

Declaraciones

En Facebook explican que “humillados con nuestros sueldos, nuestro trabajo está pronto a cumplir 21 años y todavía tenemos que rogar para que el Estado nos devuelva nuestro propio dinero, ese dinero que pagamos todos con nuestros impuestos”

Y no sólo eso, “en Santiago se burlan hasta de las autoridades locales, quienes avalan nuestro trabajo, pero nada, El Tren va a morir porque ya no resistirá tanta injusticia, no podemos siempre estar al filo de los que manejan los recursos”, critican.

Piden asesoría de parte algún abogado que los ayude, ya que “este año no tenemos ni un peso para trabajar y dar talleres gratuitos, nos dijeron que somos un grupo de personas desechables e inservibles. El Tren se apaga, no sabemos qué hacer”, denuncian.