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En las últimas décadas la sociedad chilena ha experimentado una transformación significativa en diversos ámbitos, uno de estos habla de la distancia que se ha generado entre el mundo de los académicos y la vida cotidiana de los hombres y mujeres de a pie, toda vez que (siguiendo a Arendt) lo común ya no es el mundo propio de todos y el “espacio público” está sencillamente mutilado.

Jürgen Habermas -en su maravilloso texto "Historia y crítica de la opinión pública" (1962)- señala que la dinámica de la modernización ha devenido en una creciente privatización de lo que denominamos espacio público, donde la prensa privada se orienta y da forma al gran público (masa anónima) y la propaganda comercial pareciera ser “el interés público”. Sin temor a equivocarme, esta cuestión ha tendido a segmentar, especializar los distintos ámbitos de nuestra vida, por un lado, los intelectuales hablando de las comunidades y las comunidades, como espectadores pasivos de un simulacro académico -por efectos institucionales de extensión académica- se “vincula” con una comunidad construida a la medida de las universidades y centros de investigación. Entonces: ¿Cuándo hablan las comunidades sin una interpretación mediada por los expertos?, ¿cómo hacer/vivir/experimentar comunidad en un escenario como el descrito?, ¿cómo podemos vivir juntos con esperanza, si todo apunta a nuestra especialización y separación?

Se trata de una tarea difícil de emprender, implica esquemas forjados a fuego y sangre en nuestro modo de vida, encontrando anticuerpos en aquellos que precisamente se manifiestan resistentes a esta modernización apoteósica que produce individuos y comunidades virtuales. Se trata de algo que suena simple: retomar la esperanza y el amor por el reencuentro entre seres humanos, hablando, haciendo y compartiendo una producción social colectiva de la cual es posible retribuirse y dignificarse mutuamente. Tal como los hacen muchas comunidades indígenas en Chile y actores emergentes, que más jóvenes o más viejos, mantienen la esperanza intacta de un Chile que pone la dignidad y la vida humana como emblema.

Considerando estas notas preliminares, quisiera hablarles del Festival de Arte del sur Andino “Arica Barroca” [9], el cual se desarrolla en la ciudad de Arica, que a mi juicio personal ha permitido la existencia de momentos de comunión humana productiva y recíproca en torno a la exposición, discusión y debate honesto sobre sobre los saberes actuales y ancestrales de la compleja y sofisticada cultura andina, tal como lo manifiesta José Choque -comunero del pueblo de Pachama- cuando nos dice que Pachama Barroco ha permitido que todas las generaciones se encuentren y también saber cómo era la cultura en esa época… es un punto para encontrarnos como hermanos y expresar nuestras costumbres, nuestros bailes y nuestras comidas…

En este sentido y orientados -nos cuenta Magdalena Pereira y Tanya Durán- por la necesidad de promover la pertinencia local, debido al gran interés y demanda que la comunidad de Arica y Parinacota manifestó sobre las investigaciones, artes y música del sur andino, valorando el acceso público y la puesta en valor de espacios patrimoniales es que a partir los años 2013-2014 [1] nace formalmente como festival el año 2014 [2] y ha logrado sumar protagonistas a través de los años.

Desde entonces se han multiplicado ponencias, conciertos y la feria Neo Barroca ha crecido, así como también se ha configurado como un hito significativo: el viaje realizado en cada festival al poblado de Pachama, donde el año 2015, comenzaban las obras de restauración de tu templo andino colonial.

A partir del año 2016, el festival logró integrar otras disciplinas y protagonistas, como es el caso de las artes escénicas, utilizándose como escenario un ícono popular y de alta valoración para los ariqueños: El Mercado Central de Arica. Es importante señalar que el año 2017, se integraron actividades de apreciación artística para estudiantes de establecimientos educacionales locales.

Entre los hitos más importantes de la historia del festival, cabe destacar: Las celebraciones en Pachama, la preparación de la comunidad que cada año muestra su música y teatro, donde se ponen en valor social sus tradiciones centenarias. El año 2013 el concierto de Moxos en las Catedral y en el templo de San Santiago en el poblado de Belén (hoy afectado por advenimiento desregulado de la actividad minera), marcaron un hito de público y prensa. El 2014 el conjunto Queñoal, animó a los comuneros socoromeños e invitados, a bailar en procesión por el pueblo. El año 2016, la exhibición de trajes de bailes religiosos y el orgullo de sus custodios, integraron otras miradas a la puesta en valor de tradiciones inmateriales. Cada año, la visita de destacados investigadores nacionales e internacionales nutren de conocimiento e intercambian con la comunidad regional, permitiendo instalar conocimiento y gatillar investigaciones.

En general, los organizadores señalan que, desde sus inicios, el festival a contado con la participación de alrededor de con 2177 personas, número que se ha ido incrementando año a año. Pereira y Durán señalan que el año 2018 se presentaron alrededor de 3378 asistentes (64,4% de incremento) y este año esperan superar los 4 mil, es decir una tasa de crecimiento promedio un 50% según sus expectativas para el 2019. Más allá de las cifras es importante señalar que se coincide en que la tasa de rotación no es excesivamente alta, lo cual permite que investigadores, comuneros andinos, funcionarios públicos sectoriales y territoriales, estudiantes de educación básica, media y universitaria, como también vecinos se puedan ver las caras año a año en este espacio. Más allá de las opiniones parciales que puedan existir sobre este festival sus organizadores indican que “Arica Barroca ha contribuido a la propia valoración de la identidad mestiza, a comprender el gran legado de la cultura andina y la mezcla con el mundo occidental y que, hasta hoy, se ve en los bailes, carnavales, música y arte de la región…”

¿Y este 2019 que le depara al festival?

Este año, los temas protagonistas del festival serán las preocupaciones singulares de los creadores locales, como también el mar como temática central. Muchas de las exposiciones artísticas, académicas y de diálogo social en general, se vincularán con ese modo tan particular que tiene el hombre de caminar y hacer circular bienes materiales y simbólicos entre las pampas y cumbres altiplánicas, los fértiles valles y las ancestrales costas donde tejió la cultura el hombre arcaico.

Este año la VI versión del Festival de Arte Sur Andino “Arica Barroca” se desarrollará los días 16, 17 y 18 de mayo [10] y su dinámica estará basada en 7 grandes ejes, por un lado los conciertos de música Barroca tradicional y popular, la feria neobarroco que contará con 15 puestos de exposición de diseños andinos de diversa naturaleza, de igual forma se realizará el evento “Pachama Barroco” en este bello pueblo precordillerano, los asistentes podrán apreciar el paisaje cultural de la zona, hacer degustaciones culinarias y apreciar el legado patrimonial prehispánico, como apreciar los discursos indígenas y mestizos plasmados en las pinturas murales y los pórticos de su templo.

También se desarrollarán talleres de apreciación musical, denominado Notas Barrocas, en conjunto con talleres de arte, gastronomía y bienes culturales, de igual forma se llevará a cabo el festival de Mujeres creadoras. Exposiciones y venta de arte inédito de grandes creadoras regionales, buscará fomentar el crecimiento y valorización del mercado de arte local. Un gran barco transitará por la ciudad, en los días del festival, atrayendo con su música y escenografía, al estilo de los antiguos carros alegóricos. Una procesión nocturna a la caleta de pescadores, junto a un acto simbólico, sellará el encuentro de altiplano y costa.

Arica Barroca en el futuro…

Los organizadores del festival hacen hincapié en que este posee mucha proyección de actividades, como también la diversificación del protagonismo en el ámbito ámbito sur andino, destacando que año a año se diversifican los temas, se configuran nuevos referentes y creadores,y la comunión entre ellos permite empujar el carro de la importancia por la dignificación de un pasado muchas veces silenciado para el hombre y la mujer de las tierras del sur andino. En este contexto José Choque nos cuenta que es importante que Pachama Barroca no se acabe ha permitido expresar lo que somos como pueblo…

Los organizadores señalan que Arica Barroca es conocido en los vecinos más cercanos, Tacna, Arequipa, La Paz, Santa Cruz frente a lo cual se plantean como un desafío importante difundir y sensibilizar al centro del país y otras regiones, sobre la importancia de este espacio de encuentro, diálogo y dignidad.

Agradecimientos: A José Choque de Pachama, Tanya Duran y Magdalena Pereira por facilitar soportes de memoria (Relatos y antecedentes audiovisuales).

[1] A propósito de la celebración del encuentro internacional de Barroco desarrollado el año 2013, el cual fue organizado por las Fundaciones Altiplano y Visión Cultural de Bolivia.
[2] Según indica Magdalena Pereira y Tanya Duran (Arica Barroca) es importante destacar que el Consejo Nacional de la cultura y las artes (hoy Ministerio de las Culturas las Artes y el Patrimonio) ha apoyado la iniciativa por medio de un programa orientado a apoyar a instituciones colaboradoras, el cual permite financiar el equipo de Barroca y Nativa, sustento que da el Ministerio de las culturas a instituciones que tienen años de trayectoria en ámbito cultural. Las Municipalidades de Arica, Camarones, Putre. El Banco Interamericano del Desarrollo, ENGIE, Media Partners como Madero, prensa y radial, últimamente Easy, han apostado por hacer crecer este Festival.

Galeria Imagenes: 

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