carcel.jpg [11]

Alrededor de las 15.30 horas del 15 de enero de 2017, dos internos de la cárcel de Acha protagonizaron una riña al interior del módulo A-4, resultando uno de ellos con una herida corto punzante en su estómago.

Tras la pelea, el entonces sargento Luis Riffo Michel registró al autor de la lesión, I.P.L., incautándole un arma blanca, sin embargo y pese a que este último se encontraba reducido, lo arrojó al suelo boca abajo para luego darlo vuelta y sentarse sobre su tórax, cargando sus rodillas sobre sus brazos.

No contento con ello, el oficial le propinó golpes de puño en su rostro y cabeza hasta que la víctima perdió el conocimiento.

Luego de trasladar al afectado -con las manos esposadas a la espalda al hall del primer piso del módulo A-4-, el subteniente Víctor Vivar Barría procedió a levantarle la polera mientras Riffo Michel continuó golpeándolo, a vista y paciencia del primero.

Pero este episodio no terminó ahí, ya que el sargento Riffo tomó un cuchillo y de manera violenta comenzó a cortarle el cabello al interno rociándole -además- gas en el rostro.

Mientras esto sucedía, el sargento Rodrigo Torres Muñoz aprovechó que la víctima estaba reducida en el piso para darle un fuerte golpe de pie, terminando con una serie de lesiones en su cuerpo.

Condenados

Durante audiencia de juicio oral, el Fiscal Elías Gutiérrez detalló que “todo lo anterior fue advertido al día siguiente por el jefe del complejo penitenciario, luego de efectuar una revisión de las cámaras de seguridad y en cuya grabación quedó registrada parte de la agresión hacia el interno”.

Con estos antecedentes en mano, el TOP de Arica condenó a los tres gendarmes involucrados: dos de ellos en calidad de autores del delito de apremios ilegítimos y el tercero por abuso contra particulares.

Riffo Michel recibió una pena efectiva de 3 años y un día de presidio. En tanto, Vivar Barría y Torres Muñoz fueron condenados a 541 y 61 días de pena remitida, respectivamente.