Humanizando las fondas

18 Septiembre 2005
La ramada Humanista
Gerardo Espíndola R. >
authenticated user Corresponsal
Anoche mientras caminaba de vuelta a casa, me encontré con una fonda en un estacionamiento de vehículos, en pleno centro de Arica. En un pequeño sucucho que decía en su puerta “Fonda Don Pío Diputado”, unas cumbias que sonaban en su interior y algunas personas que entraban y salían, despertaron mi curiosidad y entré para ver de qué se trataba.
Y me encontré con una ramada del Partido Humanista, que hace siete años realizan en el mismo lugar y que yo no tenía idea que existía. Mi primera fuente dentro fue Walter Sanhueza, miembro del partido, quien me explicaba que esta actividad dura dos noches (viernes y sábado) y se realiza a objeto de reunir fondos para la colectividad.
“Este espacio es para compartir con los amigos, pues todo siempre se ha dado en un ambiente de seguridad y gran tranquilidad”, me comentaba, y en realidad el ambiente se veía bastante distendido, pues había mucho niño, mucha familia, mucha cumbia y muchas parejas que más que bailar en la pista reían, molestaban y sobre todo, la pasaban muy bien.
Al rato de la conversa llegó el famoso Don Pío, en nombre de quien se bautizó la fonda. Se trata de Ricardo Pacheco, quien va candidato a diputado por la colectividad dentro del Pacto Juntos Podemos. Así que nos pusimos a conversar sobre la fonda, sobre su candidatura, sobre los blogs y los nuevos medios de comunicación.
Según me explicaba, le entrega bastante valor al trabajo de los medios comunitarios y participativos, de hecho muchas veces trabajó con pequeños informativos poblacionales que debido a los costos de impresión, no lograban sustentarse, así que ve en los blog y los diarios ciudadanos una gran oportunidad de democratizar la información y ser protagonista de ella.
Luego de la conversa, algunas referencias para concretar una futura entrevista y todos contentos por el espacio abierto en ese momento. Me despedí, tomé un par de fotos; en el escenario algunos animando y agradeciendo la presencia y yo, salí, emprendí rumbo y me fui caminando en una movida noche céntrica ariqueña camino a mi hogar.