En Perú y con eternos paros

Pensé que después de 5 años viviendo en Chile, podría quedarme para pasar las Fiestas Patrias en Antofagasta para saber que es lo que sucede en este angosto país durantes us fiestas; pero bueno la tierra jala dicen por ahí, así que después de pensarlo bien, preferí, como de costumbre, irme a mi casa, ese sitio alejado al que visito esporádicamente ubicado en el sur de Perú, Arequipa.
Siempre que viajo en fechas especiales es complicado conseguir pasajes o buenos buses por eso me aseguro y compro los pasajes con anticipación. Así lo hice y mi viaje de llegada no fue malo, el problema lo tuve al volver cuando empezaron los imprevistos.
El último día en Arequipa para mi es súper deprimente, decir adiós, despedirte de los amigos, la familia, todo triste. Pero una vez que llegue al Terminal de Buses para embarcarme, una atmósfera extraña me rodeo en la puerta de Embarque #2, donde no encontré al típico “guardia” que pide el ticket de embarque y los mesones de las distintas empresas estaban desolados. No había gente, no había buses. “¡¡Diablos!! ¡¡UN PARO!!” pensé.
Fuimos con toda mi delegación de despedida a la oficina esa de Tourist Information; claro, no soy gringa, y se me nota, así que la encargada me manifestó su poco interés en darme a conocer que había comenzado un paro de transportistas y que todas las salidas estaba canceladas hasta “nuevo aviso”… les encanta esa frasecita cuando simplemente no tienen idea de lo que esta sucediendo.
Por supuesto, mi pasaje perdido y mi plata no me la devuelven pues; pero si no quiero que esto pase, tengo que esperar a que el bus salga algún día. “Cómo si una no tuviera cosas que hacer, ni responsabilidades que cumplir” digo yo.
Pero este paro del transporte que tiene detenido a Perú, por lo menos desde Arequipa al sur, nos obliga a quienes queremos viajar por tierra tener que esperar, pues a la retención del transporte, se suma las barricadas en las carreteras que hace que viajar en vehículo particular sea un verdadero peligro.
En mi vuelta a mi tierra, también me vi afectada por otras situaciones, como la huelga de hambre de las enfermeras, que recién el lunes llegaron a algunos acuerdos y volvieron a trabajar después de casi una semana de paro. Según entiendo, pedían la renuncia de la Ministra de Salud, Pilar Mazzetti. Recuerdo que tengo a mi abuelo hospitalizado hace un tiempo atrás, y oí a mi mamá quejarse por tener que quedarse a dormir con él ya que las enfermeras no estaban en el hospital. “Excelente, por culpa de las benditas enfermeras no vi a mi mama tanto como me hubiera gustado” despotricaba mientras leía el periódico.
Resulta que este paro de transportistas es algo si como una muestra de solidaridad con los agricultores cocaleros en el sur de mi patria, es que con todo esto de la firma de Tratado Comercial (TC) con EEUU, se van a prohibir las plantaciones de coca en gran escala, y es ello el motivo del reclamo. Disculpen mi ignorancia, pero yo lo único que sé es que las plantaciones de coca es lo único con lo que viven los agricultores, y cuyo cultivo, no se usa solo para el narcotráfico, sino para otros usos medicinales y cosméticos, entre otros.
Me he enterado que este tratado no es de “Libre” comercio, es decir, que mi gobierno no puede poner condiciones a los señores del norte, y con lo único que el pueblo tiene derecho a reclamar son los “interminables paros indefinidos”, y aunque suene redundante así es.
Nuestro “señor” presidente, Alejandro Toledo, esta dispuesto a darles gusto a los gringos en todo, y el pueblo no quiere perder las pocas mal-llamadas ventajas que tienen actualmente.
Ya estoy en Chile, después de haber perdido mi pasaje de bus y de haber tenido un dolor de estomago durante toda una tarde por el mal rato que pasé.
Ya estoy en Chile, después de gastar mis ahorros en un pasaje de avión hasta Tacna para el día siguiente y poder llegar más rápido.
Ya estoy en Chile, después de haber tomado un taxi chileno en Tacna desde el Aeropuerto hasta el Terminal de Colectivos que van a Arica (los taxis peruanos estaban en paro).
Ya estoy en Chile después de haber sido casi estafada con las tarifas que suben tanto en tiempo de paros.
Ya estoy en Chile, esperando tomar mi bus para poder llegar a Antofagasta donde una oficina y un jefe me esperan mañana a primera hora.
Ya estoy en Chile, y pese a todo lo anterior, lo único que quiero es volver a mi casa en Arequipa de nuevo.