Cuando La Naturaleza Ataca

(Tapachula Chiapas, México) Cuando uno es parte de la tragedia duele describir el dolor y tristeza de quienes perdieron todo, recorrer las calles es enfrentar una realidad inimaginable, es tratar de entender porque somos nada ante la furia de la naturaleza. Hoy la Costa Chiapaneca ha sido golpeada por el huracán "Stan", dejando dolor, caos, incomunicación, hambre, miedo, pero sobre todo, solidaridad, porque México es un pueblo solidario, un pueblo que sabe salir a las calles cuando se requiere de apoyo para los más golpeados por una tragedia.
En el recuento de los daños la magnitud de los destrozos ha dejado sin aliento a las autoridades, pues no es fácil hablar de más de 9 mil hogares destruidos, borrados en su totalidad por las aguas de los ríos que buscaron cauce en la ciudad para arrasar con todo lo que aparecía en su camino, escuelas, negocios, hospitales, puentes, casas y un sin número de cosas que hoy son escombro, ruina, lodo, tragedia y muerte.
Sin embargo de todo lo sufrido también vale resaltar la labor humana de quienes se solidarizaron con quienes perdieron todo, esos héroes anónimos que ofrecieron alimentos, cobijas, ropa, medicamentos y por supuesto, lo más importante, palabras de aliento, un abrazo y una esperanza de saber que no estaban solos.
Las brigadas voluntarias no descansan ni escatiman esfuerzos por ayudar, aún sabedores que pronto las autoridades destinarán recursos para reconstruir caminos y puentes, ellos, los héroes anónimos, no se hacen a un lado de la desgracia, siguen en pie de lucha con el afán de conjuntar fuerzas para que Chiapas resurja de entre los escombros.
Esto que estamos viviendo es sin duda para entender que en una catástrofe de gran magnitud hay que verlo y vivirlo para después creerlo, porque si bien, muchos a través de las imágenes televisadas se impactaron, nada como estar en la tragedia para concientizarnos de la necesidad de ser mejores seres humanos, de entender lo importante que es el respeto de unos hacia otros sin importar el status social, la religión o el tinte político, finalmente, todos somos chiapanecos y mexicanos en este caso, sin embargo esto aplica para todos los que habitamos este planeta.