El santo de la acción

23 Octubre 2005
Su vida como actor político a favor de los más pobres es un ejemplo para construir un país más solidario
Lino Tapia >
authenticated user Corresponsal
Cuando escucho el nombre del Padre Hurtado, se me vienen a la mente los adultos, ancianos y niños de la calle; gente sufrida y postergada; niños que merecen condiciones de igualdad con el fin de que puedan desarrollar sus potencialidades ante un sistema económico que les es desfavorable.
Pero el padre Hurtado supo poner su otra mejilla, como signo de rebeldía de los no violentos no solo a través del Hogar de Cristo, sino que también al crear e inspirar la formación del movimiento de Acción Católica "MOAC” y la Juventud Obrera Cristiana, “JOC” .
Y su ejemplo quedó reflejado en las acciones de otros personajes fundamentales de nuestro país, como el cardenal Raúl Silva Henríquez, quien desde la iglesia fue una voz de los perseguidos, detenidos y desaparecidos en tiempo de la dictadura. Su ejemplo también formó el temple de personajes como Bernardo Leighton, Eduardo Frei Montalva, Radomiro Tomic y otros que tuvieron y tienen una participación política como cristianos a favor de los más humildes de nuestra patria.
El Padre Hurtado es la fortaleza hoy santificada, para los cristianos que creemos que la construcción de reino puede vivirse desde nuestras propias vidas, en la medida que nos comprometamos a asumir responsabilidades en las diferentes estructuras de poder. Pero siempre como él, con verdad, con justicia, con la consecuencia de Cristo, para trabajar en una mejor patria que se haga cargo de los adultos, de los ancianos, de los niños que con amor cobijó siempre el padre Hurtado.
Te pasaste Alberto Hurtado, y nos das la alegría de contar con un nuevo santo.