Huracán de virus

13 Septiembre 2005
De todo hay en la viña de la red, pero lo que sobran en este último tiempo son virus.
Gerardo Espíndola R. >
authenticated user Corresponsal
Si bien el Katrina se llevó cuanto pudo desde territorios nortameticano, hoy puede ser un gran fastidio para el territorio tecnológico chileno. En efecto, un virus informático, de esos que nos llegan desde la nada a nuestros correos, anda circulando por el ciberespacio y se presentan con el nombre Katrina.
El mail es una invitación a visitar un sitio web para obtener información, fotografías y noticias de las víctimas del huracán. Basta hacer clic en una dirección que presenta para instalar automáticamente un virus y dejar el verdadero huracán en nuestro computador.
Este indeseable habitante virtual es un troyano, que para quienes tienen pc y lo acogen entre los suyos, quedan expuestos a la acción de terceros en su computador.
La tragedia del Katrina despertó además los colmillos otros virus humanos, de aquellos inescrupulosos que han aprovechado la siempre bien recibida solidaridad y crearon sitios para recibir ayuda monetaria vía red. Pero, la noble donación escapa de las manos de los necesitados y termina a parar en los bolsillos de los ya clásicos malhechores punto com. Por suerte hay varios que han caído, como ocurrió en Misuri EE.UU, al detectar anomalías en los sitios, parishdonations.com y katrinafamilies.com, que con los fondos recibidos subvencionaban asociaciones racistas... Qué farsantes.
Pero volviendo al tema de los virus, les recomiendo visiten el sitio www.perantivirus.com, donde encuentran noticias sobre los últimos bicharracos que están apareciendo y los más propagados. Como ejemplo, les nombro a Bagle.CZ, que es de esos odiosos virus que nos impiden el acceso a internet y que se transmite por medio de correos spam; también está Pishing de Paypal, al que podríamos llamar insecto espía, pues intenta robar información confidencial de las tarjetas de crédito.
En fin ojo con los virus y los correos de descocidos, pues en una de esa, sin saberlo tenemos un huracán en nuestra casa.