Arica ¿Zona de Guerra?

07 Noviembre 2005
"Pero se nos olvida a propósito cuando recordamos que tenemos Tacna a una hora, donde podemos ir los feriados o los fines de semana a comer ricos 3 platos por lucas"
Cristian Mena A... >
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En Arica-Siempre-Etc podemos apreciar como NO surcan por el cielo helicópteros NI aviones a la velocidad del sonido, como NO circulan por las calles tanques NI patrullas “run-run-ruuuuun” y como Rafael Cavada NO despacha desde la cima del Morro NI desde la Línea de la Concordia al lado de una mina antipersonal recién puesta.
“Bueno, podemos apreciar como la ciudadanía ariqueña se ha tomado con sabiduría este conflicto”, dice Mónica Rincón al otro lado de la pantalla, pero a 2000 kms. de distancia con cara de yo-no-estaría-tan-tranquila. ¿Sería un corresponsal-de-guerra-autodidacta si la diplomacia de Chile y Perú valieran callampa? Ojalá que no. Pero mi opción va más allá de una pose pacifista de salón: es la intercultura alcanzada. No me imagino con ganas de matar a mi casera de los “pululos”. No me nace borrar del mapa a mi casero de los juegos de Play Station y PC, CD’s y DVD’s de estreno anticipado. Y tampoco tengo ánimo de barrer con la familia de mi nana que cocina picante pero exquisito ni la del casero “compro cosas”.
Es cierto, nos calienta que a veces los diarios peruanos fotoshopeen su bandera en el Morro y que a la pasada nos escriban pelotudeces en los baños públicos como “chilenos rotos hijos de pu**”. Pero se nos olvida a propósito cuando recordamos que tenemos Tacna a una hora, donde podemos ir los feriados o los fines de semana a comer ricos 3 platos por luca, carretear con entrada liberada en los pub-discotheques, traer el último chiche tecnológico y consultar buenos dentistas por un precio para la risa, tratándonos re-bien.
Ok, los roces entre nosotros son comunes y qué tanto, si todo es por herencia de la Guerra del Pacífico: aquel conflicto inventado por los ingleses al correr los paralelos limítrofes de las salitreras porque tenían engrupidos a los chilenos con prácticamente nulos royalties de explotación (um, ¿les suena el tema?), cosa que los peruanos no les aguantaban. ¿Resultado? Explotó la guerra por un patriotismo odioso inducido, los ingleses se llenaron los bolsillos e inventaron el salitre sintético y nuestros pueblos se quedaron con “el honor”. ¡Por favor! La historia no nos representa.
Una eventual guerra sería contraproducente con el avance gracias al intercambio comercial a escala humana que hemos logrado en estos años, poniendo a prueba la tolerancia que no incentiva los libros del historia y sí el Messenger y los blogs. Asumo que los límites son un mal necesario, pero ¿puede ser que un pedazo de tierra o una porción de mar valgan más que la vida de un vecino que le veo la cara todos los días cruzando la frontera sólo mostrando el carnet de identidad? No sé tú, pero yo por lo compartido, creo que ni-ca...