De Bienvenidas de Amigos y Congreso en Vivo

Soy Daniel y desde este instante les doy la más cordial bienvenida a nuestro espacio dedicado a la cultura en todas sus disciplinas y expresiones, tanto artísticas como en un aspecto más étnico y esencial.

En estos momentos me encuentro en la fantástica ciudad de Melipilla en la Provincia del Maipo, zona forestal y agrícola por excelencia, en donde he podido aprender de la cultura campesina, cantar una buena cueca chinganera, la buena "empaná", la chicha "colorá" y estando acompañado con mi "clan" familiar, ¿qué mejor escenario para este 18?.
Bueno, para empezar a entrar en materia no puedo dejar de mencionar el sentido deceso del gran Rafael Berríos "Rabanito", que el pasado lunes 5 de este mes se nos fue, y de esta manera, a lo mejor sin querer (como lo hacen los grandes), nos deja un entrañable pedazo de historia de nuestra música popular. Un puñado de cuecas, tangos y piezas jazzísticas recorren el inconsciente colectivo del que disfruta nuestra música y de cualquier joven o señorita que alguna vez escuchó en el colegio o en una celebración aquella particular introducción de acordeón tantas veces repetidas entre las rondas de cuequeros y que se cristalizaron para mostrar a las generaciones mas jóvenes en discos como el de Los Tres, "La Yein Fonda" y "Peineta".
Dada esta mención y hecha las presentaciones, inicio mi relato para comenzar a contagiarlos del tan agradable y esperado por meses ambiente dieciochero (tikitikitiii). Les contaré que he ido a varios recitales y eventos de grandes bandas en estos días (aprovechando que Melipilla queda a unos 40 minutos en auto de Santiago), como esta es mi primera nota y dadas las fechas tan significativas en las cuales nos encontramos, les voy a contar acerca de un tremendo recital ofrecido por una de las mejores y más simbólicas bandas nacionales (se que a muchos fanáticos le encantaré esta parte de la nota), cultores del jazz y de una forma de tocar internacionalmente admirada en el ambiente tanto docto popular como en el de vanguardia, me refiero a "Congreso".
La banda está conformada por Francisco "Pancho" Sazo en voz, Hugo Pirovic en Flautas y saxo, Jorge Campos en bajo, Raúl Aliaga en marimba y percusiones, Jaime Atenas en saxos, Sebastián Almarza en teclados y el eterno Sergio "Tilo" González en batería y composición. Grandes interpretes y ejecutores de una nutrida variedad de instrumentos clásicos como la flauta traversa y la marimba; étnicos como la trutruca y la pifilca; populares como la batería, bajo, teclado y, los a veces estridentes… a veces suaves, saxos.
El concierto estaba fijado para el sábado 3 de septiembre en la sala SCD en el Boulevard del Plaza Vespucio. Sus puertas estaban copadas de gente (entre los cuales me encontraba yo) los que entrábamos por grupitos al recinto para poder hacer un ordenado y correcto ingreso hacia nuestros asientos. La banda venía de hacer días atrás un gran concierto en el Teatro Oriente totalmente "desenchufado" y con este concierto daban el puntapié inicial de la cartelera dieciochera.
Después de unos minutos de espera, los cuales sirvieron para contemplar la linda y a la vez sencilla disposición en el escenario del gran número de instrumentos, cruza las tablas Raúl Aliaga para tomar posición a mi extremo derecho… y los destinos estaban sellados, solo queda sentarse y disfrutar del show. Un acostumbrado ambiente íntimo nos brinda la sala lo que se agradece con creces al momento de disfrutar de la música y captar la cercanía de quienes la producen.
En la primera parte del concierto Congreso nos dio una vuelta por los primeros años de la banda entregándonos a un Valparaíso (ciudad de origen de la banda) de tertulias y de tocatas juveniles, momento en el cual Pancho Sazo, con chistosa picardía, bromeó dedicando aquella sección de la velada a la gente del Rojo Vip, y prometiendo fuertes declaraciones en los matutinos de los próximos días, causando risas entre los asistentes. Con intervenciones como ésta el público se entregó y todo fluyó con tanta naturalidad que el "respetable" empezó a corear gran parte de las canciones, como "Calipso intenso casi azul", con el juego del "nada" y el "mudos" al terminar las frases; o el "¡Diosa de amor!" en la sabrosa "Una señal de amor".
La necesaria cuota de conciencia, se pudo percibir en la proyección de imágenes de niños descalzos en la interpretación del tema "Niño"; la siempre potente "Hijo del diluvio" sirvió para quitar el frío que a esa altura ya no existía, tanto por el espectáculo, como por la agradable calefacción del lugar. Como siempre destacaron los solos de Jaime Atenas con el Saxo, las marimbas de Raúl Aliaga y la inspiración en el cajón en "El Festejo de Tatana", además del desplante de Tilo en la batería; todo se configuró para rematar, después de dos vueltas a pedido del ¡OTRA, OTRA!, con una cuequera canción "Dónde estarás", que nos hizo finalizar en Chile un recorrido que fue por los rincones de Cuba, pasando por Nueva York y haciendo escala en Ruanda, para mostrarnos que toda música y raza, sin importar el lugar está en armonía la una con la otra.
Bueno amigos termino esta nota reiterándoles la bienvenida a este necesario espacio que con mucho cariño brindamos a ustedes y a sus almas sedientas de información cultural. Más adelante brindaré notas de otros conciertos que he podido disfrutar y que compartiré con ustedes.
Con el vaso de chicha en la mano un ¡SALUD! por todos y les deseo unas muy felices fiestas patrias, y a mis compañeros del equipo "Morrocotudo" nos estaremos viendo a mi regreso a Arica.
"Si la razón y la justicia son valores elementales, elementalmente hay que tener una "razón" para disfrutar de toda la música que haga "justicia" con la belleza del arte"