Un enfático llamado a dar por término a la cuarentena para Arica realizó el alcalde Gerardo Espíndola, autoridad que recalcó el compromiso de la Autoridad Sanitaria de mantener la medida de restricción por un máximo de cuatro semanas, plazo que se cumple el próximo jueves 4 de marzo.

Mientras la comuna ingresa a su cuarta semana consecutiva de cuarentena, el jefe comunal recordó las palabras de la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, durante la presentación de los cambios al Plan Paso a Paso el pasado 11 de enero, oportunidad en la que aseguró que la fase uno sólo podrá mantenerse por un plazo máximo de cuatro semanas.

Por tal motivo, llamó al Ministerio de Salud a nivel central a dar cumplimiento a dicho compromiso, que permitirá la reactivación económica en una comuna que ha vivido en menos de un año, tres periodos de encierro obligatorio, lo que ha mermado significativamente la economía local.

“Es urgente que salgamos pronto de esta cuarentena. La ciudad no da para más, no resiste especialmente en temas económicos y aquí el llamado es al Ministerio de Salud para que se cumpla lo indicado en su momento por la Subsecretaria Daza, cuyo criterio es que ninguna comuna pueda estar más de un mes en cuarentena”, señaló la máxima autoridad comunal.

Espíndola criticó que las medidas decretadas por el Gobierno solo afecten a la comuna de Arica en el norte, que, en comparación con otras capitales regionales como Iquique y Antofagasta, tiene menos casos de contagio, pero que sin embargo es la única que ha sido golpeada con el retroceso a la Fase 1.

“Miremos lo que ha pasado con otras comunas del norte de Chile que salieron de su cuarentena, a pesar que la positividad era mucho más alta que la de Arica. Por tanto, el llamado a la Autoridad Sanitaria a nivel central es que en Arica se levante la cuarentena y que esta no pueda durar más de un mes”, sentenció el alcalde de Arica.

Si se suma la actual cuarentena en Arica a las dos anteriores, ocurridas en entre el 16 de abril y el 15 de mayo y desde el 14 de julio al 9 de noviembre, la comuna suma un total de 20 semanas con restricción total de movilidad, una medida que si bien el alcalde Espíndola entiende que es un último recurso para bajar la cifra de contagios, ha significado que miles de familias vean afectadas sus fuentes laborales, golpeando severamente la economía local tanto para comercios establecidos como para las decenas de ferias que no han podido establecerse durante la pandemia.