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Señor Calderón: las deudas de los ex-exiliados chilenos (espero que no sea Ud. uno de ellos) podría ser pagada varias veces a los países que les tendieron la mano, dada la cantidad de indemnizaciones, reparaciones de retorno, franquicias, subsidios y liberaciones tributarias que los demás chilenos (esos que no nos fuimos) hemos debido pagarles obligados y que sólo se han usado de forma egoísta. Además, el que un grupo de personas se haya convertido en inmigrantes económicos en los setentas y ochentas (incluso maquillándose de perseguidos políticos) igual está dentro del rango histórico de movimiento humano dentro y fuera de Chile, cercano a las 800 mil almas a un millón como constante numérica desde hace varias décadas.

Si fuera por sacar trapitos y jugar al empate con los cerca de 100 o más peruanos que hay acá, le recuerdo que nuestro país ha sido refugio de miles y miles peruanos, bolivianos y argentinos desde los tiempos de Santa Cruz y de Rosas, así que el argumento está bien flojito. Además, un detalle: Perú ha expulsado a los chilenos en TRES OCASIONES de su historia. Nosotros, JAMÁS.

Y don Álvaro Salinas: No tiene que esperar que Chile sea "otro" y preseleccionar a la categoría de ciudadanos que se acomoden a ese concepto. Sus opciones son sencillas: vuelva a hacer sus maletas y busque un país a la medida de sus intereses si éste y su gente ya no le gustan, como veo.