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Señor Villar Arqueros: El

Señor Villar Arqueros: El sueldo mínimo es de 135 mil pesos. Según FLACSO (defensora de la inmigración) los peruanos reciben menos. Así, discrepo en esencia con Ud.: la microempresa o "pequeños emprendeores" como les llama, nunca se ha caracterizado por ser gran contratadora; tiene categoría de empresa familiar, particular no asociado o negocio de implementación mínima. Es la Pyme, en cambio, la que genera las contrataciones (creo que más del 70%), y allí los inmigrantes compiten por los empleos casi en igualdad de condiciones que los chilenos.

Por el contrario, han sido empresas grandes, casas comerciales, subcontratistas e industriales quienes, incluso a través de asociados y "tercerinos", están interesados en los inmigrantes usándolos para bajar los estratos salariales a niveles de microempresa o menos, contra todos los dogmas del libremercado y de los principios del sacrosanto grial empresarial sobre su aporte a las sociedades. Ejemplos: compañías de telecomunicaciones que cambiaron parte del staff técnico y de ventas por ciudadanos peruanos y argentinos a medio sueldo; diseñadores y publicistas argentinos que aceptan trabajar por 180 mil pesos (mire los avisos del diario) en agencias bastante conocidas. La construcción es un desastre: inmigrantes ganando entre 70 mil y 110 mil pesos al mes. Supe de algunas estancias agrícolas bajaron el pago a jornaleros desde 600 pesos caja a 50 pesos caja en cinco años por el empleo de extranjeros menesterosos... El mal se repite en toda la pirámide productiva, pues también supe por los propios trabajadores de una importante industria que el personal de operaciones peruano gana cerca del 5% que el rango administrativo. Si eso no es explotación, es peor: esclavitud.

Pero toda esta palabrería está demás: hace sólo unas semanas el empresariado inmobiliario (el que más crecimiento ha experimentado) solicitó con todo desparpajo a través de la CPC a La Moneda que "liberara" la contratación de extranjeros en la construcción. Así, ni más ni menos... Y justo vino el segundo "perdonazo" de extranjería (!). Este ya es, por lo tanto, un crimen confeso; de nada vale sacarle el popó a la jeringa.

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