Ayer miércoles a eso de las 9.00 de la mañana los directivos de General Motors se reunieron con todos los trabajadores de la empresa para comunicarles el cierre de su planta Arica, a partir del 31 de Julio próximo.
Se anunció por fin lo que fue un rumor por años en Arica. General Motors es una de las últimas y más importantes empresas que quedaban en el ocaso industrial que nuestra ciudad vive desde hace años. 2.500 millones mensuales se dejarán de percibir sólo por concepto de sueldos para la ciudad.
Fuimos a conversar con Jorge Mollo, presidente del Sindicato de Trabajadores de GM para que nos contara cuál es la situación en que se encuentran las conversaciones con la empresa y saber el ánimo que se vive dentro de General Motors.
¿Cuántos trabajadores son los que quedarían cesantes?
Lametablemente 360 van a quedar sin empleo, más 150 trabajadores subcontratistas. Son más de 1500 personas afectadas con este cierre de la planta.
¿Cuáles fueron las razones que les expusieron los directivos de GM?
Esto tiene su historia. En un comienzo la empresa nos comunicó que eran por problemas generales que tienen que ver con competitividad y los pocos incentivos que existen en Chile, no solamente en Arica. En el país no existen incentivos reales para la producción de vehículos.
¿Esto quiere decir que GM no va a tener más plantas en Chile?
General Motors va a tener una pequeña planta de operaciones de armado de camiones que es la que hasta el día de hoy funciona, más todo lo que son las oficinas de ventas y post ventas. Pero armado de vehículos como lo conocíamos GM decidió cerrar la producción que se daba en Chile y seguramente se va a distribuir en países como Ecuador, Colombia, para poder cubrir el mercado nacional o el mercado Venezolano que GM Chile cubría.
¿Se encuentran negociando las indemnizaciones? ¿En qué situación se encuentran los trabajadores?
Nosotros actualmente estamos regidos por un contrato colectivo, el cual vamos a hacer respetar en su máxima expresión. Esta situación es un balde de agua fría para los trabajadores, es una desmotivación muy grande por el hecho de que te digan que la producción se va a terminar y la planta va a cerrar, por lo tanto la empresa ha planteado una serie de beneficios y nosotros hemos planteado muchos problemas que se suscitan producto del cierre de la planta. Esas cosas las estamos conversando con la empresa para evitar que se produzcan problemas posteriores a la fecha de cierre.
¿Cuál es el ánimo en que se encuentran los trabajadores?
El ánimo en GM no es de los mejores. Difícil para cualquier trabajador que recibe esa noticia es producir con los niveles de exigencias que GM pide, con los niveles de calidad y manufactura. Los riesgos comienzan a subir con respecto a la seguridad industrial, los riesgos de cometer errores en los mismos procesos aumentan ya que el trabajador comienza a pensar en el futuro de su familia.
Nosotros como ariqueños no podemos permitirnos que una empresa se vaya de la ciudad. Hoy GM tiene estándares internacionales que estoy seguro están al mismo nivel de las empresas mineras, por lo tanto la calidad del trabajador es un nivel alto. Nosotros hoy día le hemos transmitido a los trabajadores que debemos cumplir con la calidad hasta la última camioneta. Pero vivimos un ambiente muy enrarecido, nosotros no descartamos ningún tipo de movilización si no se cumple con el contrato colectivo. A pesar que de eso no podemos decir lo contrario ya que la empresa siempre lo ha respetado.
-------------------------------------------------
Comunicado Intendencia
Intendente expresó preocupación por cierre de planta General Motors en Arica
Por Eduardo Bobadilla
Bastante preocupado se mostró el intendente Luis Rocafull, tras recibir la noticia del inminente cierre de la planta Arica de General Motors que a fines de julio del presente año cesa sus funciones, debido a que la empresa considera “que no existen condiciones estructurales favorables a la manufactura de vehículos de manera competitiva en Chile”.
La información se la entregó personalmente la gerente general de General Motors Chile, Julie Beamer, quien explicó que debido a la fuerte competencia existente en el país, de más de 54 empresas automotrices, no les es conveniente mantener esta planta, que es la única que tienen en nuestro país.
El intendente Luis Rocafull expresó que General Motors es una empresa que ha estado peleando los últimos 15 años respecto a las competencias; especialmente con los autos japonenes, acogiéndose además a varios subsidios e incentivos que tuvo por parte del Gobierno de Chile.
Sin embargo, por el crecimiento del mercado automotriz en Chile, la competencia se ha vuelto fuerte, no pudiendo competir con las otras empresas que importan sus productos completamente fabricados desde otros países, pudiendo ofrecerlos a precios mucho más bajos que lo que ellos pueden ofrecer al manufacturar en Arica.
TRABAJADORES
La mayor preocupación de la máxima autoridad regional son los 380 trabajadores que quedarán desempleados con el cierre de la empresa, previendo ya medidas para palear la situación.
“Hemos estado conversando -y mañana lo volveremos a hacer- con el sindicato de General Motors, para ver posibilidades de reinserción laboral de estos trabajadores desde junio, ya que poseen una alta calificación. Están capacitados en varias normas ISO entre otras ventajas”, dijo
Al respecto, Rocafull explicó que ha conversado con directivos de Terminal Puerto Arica (TPA) y otras entidades que están iniciando obras en Arica, para ver la posibilidad de reinsertar a los trabajadores en estas labores.
Este compromiso con los trabajadores fue adquirido con el Sindicato de la empresa hace unas semanas cuando el gobierno venezolano anunció la creación de una nueva Ley Automotriz, para proteger la industria de su país, impidiendo ingresar vehículos de motores sobre 3.0 centímetros cúbicos armados en el exterior, característica que coincide con los automóviles que se arman en Arica.
Dado que el 60 por ciento de las exportaciones del único modelo que manufactura la planta ariqueña (la D-Max con motor 3.5 c.c) tiene como destino ese país caribeño, la situación se había vuelto incierta, estimando que entre 120 a 150 personas perderían su cupo laboral.