[Advertencia: Esto es Santa Comedia] 

El fervor por comer pollo apanado desde que se instaló el Mall no ha decaído: Decenas de personas continúan haciendo colas frente a Kentucky Fried Chicken (KFC) e incluso se aprecian algunos que todavía llevan consigo los globitos que les arrebataron a las promotoras en la inauguración.

Algunos piden intervención de Fuerzas Armadas para acabar con colas en KFC, otros gritan "¡deberían hacer un Mall de puros KFC!". Mientras tanto sus trabajadores buscan lograr atender a la gente que aún se encuentra acampando para recibir su balde de pollo.

De hecho, dada la permanencia de la gente en el KFC, se han instalado un hospital de campaña, un carro de bomberos y un retén de carabineros. Incluso autoridades locales ya han hablado de la posibilidad de crear una nueva comuna en el lugar, postergando el anhelo de la Cardenal Silva Henríquez.

Dicen que el tiempo es relativo, pero estas personas llevan esperando horas y horas como si nunca hubieran tenido reloj. Y todo para sentarse a disfrutar su baldecito KFC, y no porque el servicio sea lento, sino porque ariqueños/as que se dedicaban a viajar a Tacna a comer pollo apanado ahora decidieron quedarse en Arica. Una fila por otra: cambiaron Chacalluta por el Mall. Encargados de Aduanas en la frontera comentan que no han habido aglomeraciones hacia Tacna desde apertura del nuevo centro comercial.

En tanto, los comerciantes tacneños han tenido que botar en grandes cantidades sus “sanguchitos” de pollo, mientras esperan que baje el auge del mall. Sin embargo, no se ven posibilidades de que aquello pase en el corto plazo. El lugar se encuentra constantemente repleto, ni el “invierno” ariqueño frena las ganas de comer en KFC, aunque la fila sea más grande que la deuda del Crédito con Aval del Estado (CAE).

El tiempo pasa: Se ha visto a gente jubilar, recibiendo su balde de pollo junto a sus cotizaciones para cobrar su pensión. No obstante, al parecer no les alcanza para cubrir el costo total de la compra, por lo que han adquirido una nueva deuda con KFC que se le descuenta mensualmente de su jubilación. 

Es más, señoras de la tercera edad, que corresponden a la parte más extremista de la fila, habrían pedido a las Fuerzas Armadas hacerse cargo de esta situación, ya que no veían filas tan largas desde los tiempos de la Unidad Popular (UP).

Aquí un ejemplo de la triste realidad que se vive en la interminables cola del KFC:

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