Desde Camarones al mundo: Sus sabores gourmet dejaron 'marcando ocupado' a paladares europeos

04 Julio 2016

El sazón de primera línea de Ivonne Rojas recorrió con éxito el Viejo Continente.

Nelson Rojas >
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Crear una línea gourmet de salsas, mermeladas e infusiones a base de productos típicos de nuestra región y que permitan a los clientes llevarse los sabores del restaurante para cocinar en casa.

Con esa premisa la emprendedora Ivonne Rojas Pérez dio vida a “Sabores de Varo´s” del restaurante Varo’s, ubicado en el kilómetro 3 y medio del Valle de Azapa, luego de conocer parte de la gastronomía europea y el norte de África gracias al Programa de Difusión Tecnológica (PDT) de Corfo, que la llevó el 2015 en una gira de 8 días junto a otro grupo de emprendedores del rubro de Arica y Parinacota a Islas Canarias.

“Me llamó mucho la atención que en muchos de los locales que visitamos tenían una gran variedad de productos para los turistas, mucha gastronomía para llevar y recordar. Uno se puede encontrar con muchos sabores en todos lados, en el supermercado por ejemplo, pero que un restaurante sea capaz de producir sus propios sabores es algo diferente. Es decir, esa idea de Sabores de Varo’s nació en esa visita a Europa, donde pude viajar junto a mi hija chef”, comentó con orgullo quien participó en el PDT de Gastronomía de Corfo con su restaurante.

Destacan productos como aceites de oliva combinados con diferentes sabores como naranja, limón, café, muña, sales de aceituna, ajo y perejil y sal de fuego (con variedades de ajíes de la zona); infusiones con azúcar rubia de maracuyá - muña, jengibre-mango y limón, betarraga–arándano rojo y azul; frutillas-betarragas-vino tinto, camote-mandarina, ají –jengibre, maracuyá-ají y mermeladas de quinua. “Con ésta última nos lucimos el 2015 en una feria de turismo sustentable que se efectuó en 21 de Mayo, donde incluso turistas bolivianos destacaron esta novedad”.

VIDA DE ESFUERZO

Pero la historia de Ivonne no ha sido nada de fácil y como ella misma la describe: “Estoy para escribir un libro con todas las cosas que me han pasado”, expresó la temuquense de nacimiento, pero que en 1970 llegó a vivir a Camarones por el trabajo de su padre como funcionario de la Corporación de la Reforma Agraria (Cora).

A los 10 años de edad, y producto de que un hermano menor sufrió la perforación de los pulmones, se vio obligada a asumir responsabilidades casi de un adulto. “De la noche a la mañana tuve que aprender a cocinar y hacer pan, ya que mi madre debió irse por 3 meses a Santiago para acompañar a mi hermano accidentado. Cuidaba a mis hermanos menores”, recordó.

Como garzona y cocinera de un restaurante en el Asoagro y de manera pitonisa a los 15 años se propuso una meta: “La dueña del local preparaba una carne mechada tan rica, que desde que la probé ‘me enamoré de la cocina’. Algo ocurrió en mí que me hizo decir: cuando sea vieja voy a tener un restaurante”.

Logró egresar de Contabilidad del Instituto Comercial y aunque no continuó una carrera universitaria, consiguió rápidamente fuente laboral en la tienda Solari, donde ascendió hasta ocupar importantes cargos en áreas como cobranza, crédito, computación. Pero no era lo suyo estar apatronada.

SIEMPRE EMPRENDIENDO

Se casó con Ademir Valencia y tuvo 4 hijos: Javiera, Felipe y los gemelos Miguel y Gustavo (hoy todos cocineros), quienes han sido el sostén de sus emprendimientos.

Partió en 1999 con un estacionamiento de camiones en Renato Roca. Como una forma de aumentar la clientela, se le ocurrió regalarles el desayuno. Rápidamente cambió el panorama, instancia que aprovecharon para venderles almuerzos y cena.

Así se da cuenta que el negocio de la comida era lo suyo, por lo que se instalan con un restaurante en 2003 en Villa Frontera. “Sigue el éxito y los mismos comensales nos piden que nos instalemos en la ciudad. El FF.CC. Arica La Paz fue el lugar elegido para comenzar con el restaurant El Andén. En paralelo buscamos nuestra nueva casa, después de 2 años de pensarlo vimos la oportunidad en La Lisera, nos fuimos preparando lentamente conforme a nuestra realidad económica. Nos dieron un plazo más que prudente para reparar el lugar, nos demoramos poco más de un año en refaccionarlo, hasta abrir a fines del 2008”.

Todo iba bien, pero problemas con la Municipalidad por el comodato, sumado a una marejada que inundó el local en octubre de 2015, decidieron trasladarse hasta el Valle de Azapa, donde los clientes puedan llevarse los sabores de Varo’s para cocinar en casa con la misma calidad que se hace en el restaurante.

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