Conoce a Gloria Velozo, autora de la saga Los prismas de Torus

05 Junio 2014
Daniel Rojas >
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Los prismas de Torus es la primera parte de una saga mayor que has construido. Háblanos un poco del desafío de crear una mitología y un universo con razas, planetas, tecnología y las motivaciones que te llevaron a construir este mundo de fantasía.

Hace varios años comencé con una idea de lo que sería esta historia, pero los personajes eran diferentes a como son hoy. Este cambio tiene que ver con las preferencias y experiencias personales que me hicieron crecer junto con el libro. Esa influencia me permitió madurar la primera versión visualizando la historia completa, que dividí en tres partes, pudiendo profundizar cada vez más en este universo. El desafío mayor pasó por llevar lo que imaginaba al papel, para lograr describir lo mejor posible la historia que se armaba en mi mente. En este proceso me ayudó mi gran amiga Marilyn Ríos, quién gracias a sus críticas y mirada objetiva, me orientó en la comprensión que tendría el lector con respecto a la novela. Lograr ser capaz de que otra persona vea lo que tú has creado y que para el escritor parece tan claro, es lo más difícil, en especial cuando la mayoría de los objetos, planetas y razas son inventados. Por eso era muy importante que quién leyera, creyera en lo que iba a descubrir en cada página y se sintiera atraído y expectante por lo que fuese a suceder luego. Además, estaba el hecho de generar en el público las ganas de querer conocer a cada personaje, que fueran creíbles y que se sintieran identificados con ellos al avanzar la historia. A pesar de aquello y de las múltiples correcciones hechas antes de llegar a este punto, la experiencia ha sido extraordinaria. Puedo estar escuchando una canción y se me ocurre una idea nueva o veo algo que me llama la atención y pienso en cómo sería dentro de la historia. Siempre me ha gustado leer y disfruto por completo cuando un libro llega a mis manos y me captura hasta dejarme por horas atrapada en su historia. Este amor hacia la lectura y las ganas de escribir todo aquello que imagino han sido mi mayor motivación. A quién le guste y disfrute de un libro, entenderá perfectamente la razón que te lleva a escribir y probar plasmar en papel todo lo que piensas.

Esmelda es la protagonista de Los prismas de Torus, toda novela de fantasía requiere una especie de guía humano o personaje que nos sirva de identificación, háblanos un poco de Esmelda y cómo crees entrará en diálogo con el lector.

Esmelda es un personaje cercano al público, pues cualquiera de nosotros podría ser ella o conocerla.  Si bien, está envuelta en situaciones complejas, descubriremos que hay mucho más tras su aparente normalidad. Es posible que hayas vivido mucho tiempo pensando en que te han sucedido cosas terribles y dolorosas, sintiéndote frustrado, solo o enjuiciado por alguien y sin saber por qué, pero tal vez todo aquello que te ha pasado esconde una verdad mayor y sorprendente de lo que nuestro mundo te permite creer. Eso es lo que acontece con Esmelda. Al principio es temerosa, pero va descubriendo su fuerza interna y las razones que la han llevado a estar en condiciones inhóspitas, por lo que su fortaleza crece cada vez más hasta darse cuenta de su rol clave en la serie de episodios extraños que comienzan a suceder en la Tierra y el resto de los planetas, desconocidos para ella hasta ese momento.

 

Cuando Esmelda sale de la cotidianidad de nuestro mundo, descubre mucho más, sintiéndose inevitablemente atraída por estas razas y planetas nuevos en los que se desenvuelve, lo cual permite al lector entenderla y querer descubrir las razones que hay tras todo aquello.

Los prismas de Torus puede ser leída como una ópera espacial, sin embargo, el trasfondo de la novela también encierra una historia de amor que va de la mano con toda la destrucción y caos que sucede en la trama. Háblanos un poco de esa tensión constante entre esas dos fuerzas, amor y muerte.

Esmelda es la pieza clave para evitar que la amenaza de Darhan domine todo el universo, pero ella ha perdido sus recuerdos. Endimion, un tourano misterioso, aparece en su vida y ella se siente atraída por él, lo sigue y confía totalmente en sus decisiones, pese a no recordarlo. Poco a poco él le mostrará el camino para recuperar todo aquello que perdió y entenderá por qué es tan importante para él y que son muchas cosas las que los unen. Su amor puede vencer o ayudar a que las fuerzas de este poderoso enemigo logren dominar el universo con los prismas tan buscados. La decisión que Esmelda tome, tendrá muchas consecuencias que se contarán en el segundo libro.

4) Qué se viene luego de Los prismas de Torus, y lo otro, cuál consideras es tu público ideal, los lectores que consideras se interesarán por esta novela fantástica.

Luego de este libro, espero concluir la segunda parte, en la cual estoy trabajando. En ella se esclarecerán varios hechos sucedidos en la primera entrega, que serán de gran importancia para lo que viene. Conoceremos más acerca del poderoso Darhan y cómo Esmelda debe enfrentar el nuevo escenario que queda planteado en Los Prismas de Torus. La idea es generar bastante difusión del libro de la mano con la Editorial Cinosargo, para que el público conozca la historia y quiera seguir descubriéndola. Con respecto al público al cual se dirige la novela, no tiene un rango de edad específico, pues la disfrutarán aquellos lectores que gusten de la fantasía, romance y ciencia ficción.

Fragmento de la obra

El rostro de un joven triste se divisaba en la esquina de una celda sucia y oscura. A su lado un cuerpo enorme yacía, emanando un olor desagradable que inundaba el espacio. Tenía frío y hambre. Hacía meses que llevaba en esa húmeda celda. Al escuchar unos pasos, fingió estar dormido, pues temía a los guardianes del lugar.

-Me quedan dos touranos- decía una voz áspera.

-Deben ser fuertes- exigió el otro, haciendo retumbar las paredes rocosas al andar.

-Lo serán si los obligas- le contestó con malicia.

-Déjame verlos- escuchó el indefenso con terror en la celda contigua.

-¡Éste morirá en unos días, no me sirve!- escuchó a la segunda voz disgustada.

-¡Espera!, déjame enseñarte lo que puede hacer- le dijo con ansiedad - ¡Levántate holgazán! Trae un grimtal para que veas de lo que es capaz- agregó.

A continuación, se escucharon unos rugidos horrorosos que le erizaron el vello al prisionero que fingía estar dormido, sabía que sería el siguiente. No podía contener la rabia y el temor al escuchar los gritos desgarradores del otro prisionero que ya no tenía más fuerzas para defenderse. Luego, sólo se escuchó el silencio.

-Te lo dije, era débil- dijo uno con disgusto.- Saca su pestilencia de aquí.

Muéstrame al otro antes de que pierda más tiempo en este agujero- ordenó con voz fuerte, siguiendo los pasos del guardia.

-Muy joven- añadió con disgusto frente a la celda del prisionero, haciendo crujir la puerta al abrirse.

-Pruébalo- insistió el primero.

El prisionero sintió algo a su lado, parecía un animal, porque escuchaba los mordiscos sobre el cuerpo inerte, desmembrándolo poco a poco, mientras el guardián se enfurecía por haber equivocado su presa. Al terminar su bocado, lo olfateó por lo que no pudo fingir más. Sabía que debería utilizar toda la energía que tenía reservada para huir, de lo contrario moriría. Tomó la cabeza de la criatura deforme con sus manos, de las cuales surgió una luz resplandeciente que enfureció al monstruo. Éste se acercó y dejó ver una lengua larga y rosácea expulsando una sustancia viscosa que cayó en su hombro, derritiendo sus ropas y dejando ver una herida que emanaba sangre. Acto seguido, el joven prisionero pasó su mano derecha sobre el hombro lastimado y sus heridas se cerraron dejando sólo una cicatriz, ante los codiciosos ojos claros del malvado que lo observaba.

Sentía mucha ira, pero no podía moverse libremente, pues gruesas cadenas sujetaban sus pies. El grimtal iba a atacarlo nuevamente, pero él lo detuvo con una luz roja e intensa que surgió de sus manos, atravesando el cuerpo rocoso del monstruo, dejándolo sin vida y a él sin fuerza, por lo que cayó fuerte al piso frío.

-Me lo llevo- le dijo el sujeto de ojos claros, tal vez los utupal no lo necesiten después de todo.

Por Camila Ortiz.