Fondarización: En el Arte queda harta pega para el 2020

31 Diciembre 2019

Pasó el tiempo en que si no tenías financiamiento estatal el proyecto lo hacías igual y punto, la creatividad se echaba andar no sólo para realizar la iniciativa como acto artístico, si no, también, para producirlo como tal.

Patricio Barrio... >
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Cuando se acerca el fin de un año no sólo la gente se pone nerviosa por el tema de las metas incumplidas o alcanzadas, por la pinta nueva, dónde irás a bailar… con quien compartir… y porque se entregan los resultados de los Fondos de Cultura… definitivamente -y hace rato- este país y sus artistas y gestores se fondarizó…

El sistema nos permeó y sigue pretendiendo transformar a los artistas en gestores, obligándolos a salir de su espacio natural -la creación- para que entren en la realización de proyectos que tienen que ver más con producción, administración y contabilidad.

Basta leer algunas cuestiones que, hoy, parecen tan importantes y naturales para la institucionalidad. Hoy nos hablan de “industrias culturales” y de “consumo cultural”…¡Qué terrible! Y estos dos conceptos ya nos demuestran que sigue la confusión entre Arte y Cultura y, la mayoría de las veces, los transforman en sinónimos. Si no entendemos la diferencia pocazo podremos avanzar… el Ministerio se llama “de las Culturas, las Artes y el Patrimonio”… si en el nombre ya se hace una diferencia ¿por qué no se hace en el fondo y nos dejamos de ambigüedades? Pongámonos lateros un rato: según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) nos define “Cultura” como “conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico. Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.”.

¿Le suena lo de “industria” o “consumo”? Hombres y mujeres somos generadores de Cultura, es decir, somos sujetos de cultura… ¿en qué momento nos transformamos en antropófagos, en caníbales, para devorarnos, para consumirnos nosotros mismos? Por otro lado, la misma fuente ineludible para nuestro idioma -la RAE- nos dice que “industria” es el “conjunto de operaciones materiales ejecutadas para la obtención, transformación o transporte de uno o varios productos naturales. Suma o conjunto de las industrias de un mismo o de varios géneros, de todo un país o de parte de él”. ¿Algo que ver con el arte? La oferta y la demanda, la mercantilización transformó la creación en un producto para “consumir” y la creación única -como concepto básico del arte-  se transformó en un producto en serie.

Creo que el solo hecho de que el Ministerio se llame “de las Culturas, de las Artes y del Patrimonio” ya es un avance sustancial al reconocer la existencia de varias Culturas en el territorio nacional y de una multiplicidad de manifestaciones artísticas. Es un avance. Pero debemos pasar de la teoría, de la pomposidad de la nomenclatura, a la claridad del contenido creativo y al reconocimiento del proceso que lo permite.

Estamos en un momento clave en nuestro país. La nueva Constitución debería contener, además de muchos derechos como a la salud, la educación, al trabajo, a la vivienda, debería contener el derecho al goce estético, a disfrutar de la creación, a permitir la formación para que podamos crear más… ese derecho, permitiría reponer las eliminadas horas de arte en el sistema de enseñanza-aprendizaje y alcanzar la formación integral de nuestros ciudadanos y nuestras ciudadanas… antes de que terminen de “industrializar” todo y nos fagocitemos entre nosotros y nosotras.

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