Pablo Espinoza Bardi y el terror como inspiración en la literatura chilena

23 Mayo 2014
"Mi obra la veo como una mixtura entre lo clásico y lo postmodernista, con trazos abstractos enfocados a la pesadilla, el delirio y el tripaje. Uno crea a partir de lo que desea escribir y de lo que no encuentra".
Daniel Rojas >
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Pablo has publicado a la fecha cinco libros: Necrospectiva I, Cuentos de Gore de Locura y de muerte, La Maldición de los Whateley´s, Urlo e Insectario, ¿qué aspectos del terror encontrará el lector en cada uno de ellos?

En el primer libro, Necrospectiva (Cinosargo, 2010), trabajo el tema de la muerte y la degradación de la carne llevada a un plano espiritual, físico y ultra-físico. Es un terror a veces psicológico y otras veces visceral y abstracto, en donde víctima y victimario se fusionan. En los Cuentos de Gore, de Locura y de Muerte (Cinosargo, 2011), es el terror que encontramos a la vuelta de la esquina. Es el depredador que observa nuestro cuerpo, no como unidad, sino más bien como un organismo a “separar” y “reconstruir”.

Entonces hablamos de “retablos humanos” y sobre la carne como un fetiche-orgánico de adoración… son monstruos urbanos que avanzan sin remordimientos a través de las páginas. En La Maldición de los Whateley´s y otros relatos (Cinosargo, 2011) la temática cambia de rumbo hacia un terror de tipo más clásico, pues más bien se trata de un tributo personal a uno de mis autores de cabecera, como lo es H.P Lovecraft, además, se pueden encontrar retazos de autores como Clark A. Smith y Robert E. Howard, entre otros.

Aquí se manifiesta el terror anglosajón, de la pequeñez del hombre hacia el cosmos y a lo innombrable. En Urlo [AKA trazos de la muerte] (La Liga de la Justicia Ediciones, 2013), retorno a lo escrito en Cuentos de Gore, pero acá juego con la estructura del relato, pues funciona como poemario, falso documental, crónica roja y pequeña novela. Siempre enfocado hacia la literatura del mal y lo escatológico. Es un tributo a las cintas de tipo B, del cine Slasher y Giallo.

En Insectario (Editorial Korekhenke, 2013), hablo sobre la pudrición a nivel mental. Son personajes llevados al límite a causa de sus pulsiones y “rituales” de carácter sexual. Se divide, tomando como base Los 120 días de Sodoma de Sade, en cuatro pasiones: Las simples, las complejas, las criminales y las asesinas, y a su vez, cada pasión es representada por un insecto: cucarachas, escarabajos, larvas y mariposas, respectivamente. Cada nivel se va acrecentando hasta llegar al crimen y a la exaltación de lo grotesco.

El libro La Maldición de los Whateley´s es un franco tributo a Lovecraft y su mitología, ¿qué otros autores del género te han inspirado?  Ytú mismo ¿cómo vez tu obra para futuros autores que aspiren a escribir en el terreno del horror?

Como mencionaba anteriormente, se encuentran los autores que están dentro del círculo del recluso de Providence; Smith, Howard, Belknap Long, Derleth, Bloch, etc. También puedo nombrar a autores como Hodgson, Dunsany, Machen, Blackwood, Bierce y Poe. Los poetas Baudelaire y Verlaine. Sade, Lautréamont, Wilcock y Bukowski también han sido una gran inspiración. Pero debo admitir que mi más grande influencia ha sido y es el cine. Argento, Fulci, Leone, Corbucci, Franco, Carpenter, Hooper, Raimi, Lynch, Aronofski, Nolan, Miike y el gran Tsukamoto… por nombrar solo algunos.

Ahora bien. Mi obra la veo como una mixtura entre lo clásico y lo postmodernista, con trazos abstractos enfocados a la pesadilla, el delirio y el tripaje. Uno crea a partir de lo que desea escribir y de lo que no encuentra. He buscado autores que trabajen en este terreno pero la gran mayoría es continuadora de los “maestros ya consagrados”. No quiero que mis lectores vean un pastiche de épocas pasadas. Quiero que vean la locura misma a través formas y códigos que encuentran en su diario vivir. La crónica roja, la violencia social, el cine, la televisión, la música, los video juegos, el cómic. Códigos con los que se identifiquen las nuevas generaciones. Creo que eso deben preguntarse los futuros autores que deseen ahondar en este género: Ser un “copy paste” o mutar su obra a través del tiempo.

¿Cómo observas el estado de salud de la escritura de terror en Chile, podrías hablarnos de otros autores del norte o de Chile en general que estén trabajando en esta materia?

Me parece que en este momento goza de muy buena salud. El 2011, Omar Pérez Santiago publica “Nefelim en Alhué y otros relatos sobre la Muerte”. En sus páginas habla de un terror sobrenatural, marcado por el delirio de personajes trastornados por la vida misma.

También está el autor Pablo Rumel Espinoza, que trabaja el género policial y terror. A modo personal, creo que el poemario “Der Golem” (2011) de Pablo Lacroix posee claros códigos que se pueden encontrar en las películas de la “Hammer” y que se cruzan a la perfección con un terror de tipo “Barkeriano”. Asimismo, en ese año nace el blog Chile del Terror, el cual reúne voces emergentes y posicionadas, fundado por Paul Eric y con Fraterno Dracon Saccis en la dirección. Luego se integra al blog Aldo Astete Cuadra a cargo de la edición, quién publica el 2012 su libro “Mente Suicida y otras Muertes”, igualmente, el 2013 edita y dirige la revista impresa y de gráfica fantástica “Ominous Tales”, la cual va en su tercer número y que cuenta con autores nacionales y extranjeros.

A raíz de aquella revista surge la Editorial “Austrobórea Editores”, enfocada a la narrativa fantástica, el terror, y el realismo sucio, y que este año acaba de sacar su primer libro, la antología del blog Chile del Terror: “Chile del Terror, una antología ilustrada”, con textos de Javier Maldonado Quiroga, Paul Eric, Carlos Páez, Eva Fauna, Fraterno Dracon Saccis, Aldo Astete Cuadra, Rodrigo Vásquez, Patricio Alfonso, Jano Moore y un texto de mi autoría.  


Volviendo a los Necrospectivas, el primer libro muestra un terror incomprensible para la mente, formas y monstruos abstractos además de pesadillas y alucinaciones, el segundo en cambio como dice el prólogo de Rodrigo Ramos se enfoca en la bestia urbana, el asesino en serie, ¿qué tenemos que esperar los lectores en el cierre de la trilogía?

El cierre de la trilogía es la suma de dos libros. Insectario y Urlo, bajo el título “El Pueblo de los Putrefactos”. Pero en esta ocasión, el poemario Urlo es tratado como novela, lo que le da un enfoque totalmente distinto, además de contar con nuevos relatos y nuevas perspectivas del personaje Norman González, y  hacer la conexión directa con el primer libro. En resumidas cuentas, la idea es que los tres Necrsopectivas funcionen juntos, y de igual modo, se puedan leer por separado. 

Por Camila Ortiz.

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