Chao siesta en el comercio de Arica: Si quiere surgir, no puede dormir, menos de día

10 Septiembre 2018

El Mall vino a enseñarle al comerciante ariqueño -amante de la siesta- que la clave es la variedad y la especialización, en un horario donde no existen excusas para nadie: ni para el vendedor de que no vende, ni del comprador que no puede ir a otra hora. 

Víctor Mérida Huerta >
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Ante la (no tan) reciente apertura del Mall Plaza Arica, hemos visto cómo el ariqueño ha comenzado a adaptarse a este nuevo formato comercial, que durante décadas nos fue esquivo. Y la pregunta viene de cajón: ¿Por qué nos fue esquivo? Simple. El ariqueño y su maldita siesta.

Y aquí vienen todas las excusas que siempre escuchamos:

- Es una costumbre, parte de la idiosincrasia ariqueña.

- En otros países también lo hacen.

- Es buena para la salud.

- ¿Para qué abrir de corrido si nadie va al centro a esa hora?

Y aquí vienen las explicaciones y contra argumentos, algunos no muy amables, pero no menos ciertos:

- Las costumbres son adquiridas, por ende, pueden cambiar. Usted se chupó el dedo hasta que alguien lo desacostumbró. Lo mismo con mear y limpiarse el culo, ¿no? ¿La idiosincracia ariqueña pareciera tender a la mediocridad? ¿A no entregar un buen servicio? ¿A no estar disponible cuando es necesario?... Vaya concepto que tenemos de nosotros mismos, ¿no?

- En otros países también lo hacen, me decía un amigo que vive en Berlín. Sí, en España, Italia y otros países europeos pasa, pero adivinen la diferencia: Esos países SON DESARROLLADOS y no dependen necesariamente del horario comercial, sino más bien, y después de más de 2.000 años de civilización efectiva (versus los apenas 200 y algo que llevamos nosotros), depende de la calidad de sus productos y servicios.

Por eso no es lo mismo salir a las 3:45 de la tarde en Módena a buscar dónde comprar, que salir a la misma hora en el centro de Arica (porque vas a encontrar muchas opciones abiertas igual). Peor un domingo.

- ¿Es buena para la salud? Sí, del vendedor. Pésima para la salud de la región, sobre todo para la salud del bolsillo. Y eventualmente, eso también se traduce en mala salud del bolsillo del vendedor.

- ¿Para qué abrir de corrido si nadie va al centro a esa hora? La respuesta es al revés: Nadie va al centro a esa hora PORQUE ESTÁ TODO CERRADO. ¿O ha visto alguna vez un ServiEstado vacío o un servicentro sin clientes? ¡Hasta las shoperías de mala muerte abren de corrido y siempre tienen clientes!

Podría seguir todo el día explicándoles que el problema no es el chancho, pero eso ya lo sabemos. Entonces, el efecto de la instalación de un mall con tiendas funcionando de corrido y servicios especializados (y no la feria donde te venden desde chicle hasta reactores nucleares, pasando por zunga elefante y colales invisibles, todos de mala calidad), es que el comercio establecido (aunque lo que mejor lo define es “sentado en las pelotas”), se resiente.

Ve que a las 5 de la tarde hay gente en el mall, que el patio de comidas siempre tiene gente comprando, y que, aunque el estacionamiento no se llene, hasta el lunes hay gente circulando y comprando.

¡Y para qué decir el domingo! La gente va al mall porque prefiere endeudarse con productos de oferta, pero de bastante mejor calidad que la ropa usada de la dominical, donde aparte de las “boutiques” (que seamos honestos, visten a mucha gente que no tiene acceso a crédito), nos encontramos con los mismos locatarios de todas las ferias y galerías del centro.

Entonces, ¿cuál es la novedad?, ¿dónde está la mejora? ¿Pasear a todo sol con miles de vendedores ambulantes, comprando cosas de mala calidad? ¿o pasear en un lugar bonito, a la sombra, con servicios adecuados y oferta de productos de mejor calidad en convenientes cuotas?

Chao siesta en el comercio en Arica: Si quiere surgir, no puede dormir, menos de día.

Casos fallidos: Shopping Center y Parque Colón

Y a pito de esto, se me viene a la memoria la caída del elefante blanco comercial de Arica: El shopping center del Pacífico.

Tremenda obra, digna de película de zombies. ¿Dónde estuvo el error? En crear un gigante con dedos de niño. El shopping carecía de capacidad en sus locales: pequeños, de galería, con una estética pobre y metiendo 300 locales donde podrían haber existido 3 mega tiendas, el supermercado y pequeños locales de servicios.

Además, al no haber tiendas de retail, la gente de clase media no pudo acceder a crédito para pagar los productos bastante ridículos que existían en las tiendas del recinto, tales como: abrigos de piel (sí, en Arica... ¡Y de piel real!), carteras de casi 1 palo, joyas de esmeraldas, entre muchos otros... Si bien eran útiles o llamativos, estaban destinados a morir para darle el paso a las oficinas de seguros, bazares, boutiques con ropa usada. Eso sí, ¡no me toquen a los flippers! Eso no (¡Grande Lenin!).

El mismo destino del Parque Colón, otra obra que las vendió de Mall, pero que no era más que una feria con mejor arquitecto.

Entonces, el Mall vino a enseñarle al comerciante ariqueño -amante de la siesta- que, mientras critica que la ciudad no crece económicamente, la forma de crecer es precisamente ponerle el hombro al trabajo, ofrecer calidad (quizás no la mejor, pero mejor que lo que había) a precios convenientes, a crédito, con espacios bonitos y bien mantenidos. La clave es la variedad y la especialización, en un horario donde no existen excusas para nadie: ni para el vendedor de que no vende, ni del comprador que no puede ir a otra hora.

¿Y Tacna? Siempre en movimiento

El mall un modelo a prueba de balas que lleva casi 4 décadas funcionando en todo el mundo y que tiene con la pera tiritona a nuestros vecinos peruanos, que aún más organizados que nosotros, le pusieron el párele al mall allá, con la diferencia que ellos nos vuela la soberana raja en calidad de servicio, oferta y especialización. Es más, a pesar de la baja de chilenos con el mall, siguen mejorando su propuesta para no decaer.

Quizás ese espíritu parsimonioso, tranquilo de ciudad pequeña ya venció. Y de a poco el vetusto comercio “tradicional” ariqueño, se empieza a adaptar a este nuevo ritmo, el de la modernidad, de la competencia dura y exigente.

Esperemos que siga esa tendencia en nuestra ciudad y veamos garzones sonrientes, cartas en otros idiomas, mejor diseño de mobiliario y decoración, precios adecuados y calidad en los productos. Así, y probablemente sólo así, no tengamos que ver otro mall o, peor aún, seguir con el éxodo masivo para ocaciones y fechas especiales.

De hecho, este fin de semana el comercio ariqueño anunció medidas para competir en estas Fiestas Patrias contra el mall y la ciudad de Tacna. ¿Ve que las cosas cambian, aunque se demoren? 

En estas Fiestas Patrias, en la próxima Navidad y en el Verano 2019, ¡Arica, ahí te quiero ver!

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