¿Cómo funcionan las AFP y por qué el empresariado las defiende?

21 Julio 2020

La expresión definitiva de la desigualdad en Chile. ¿Es acaso el proyecto tan malo para el país?

Enzo Varens >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

Durante la actual discusión del proyecto de ley sobre el retiro del 10% de los fondos previsionales de los chilenos y chilenas, no deja de sorprender que, a pesar del amplio apoyo popular de la iniciativa, el empresariado ha rechazado a brazo partido el referido proyecto. Han invocado numerosas razones técnicas, y políticas, para rechazar el proyecto: desde que representa un mayor gasto fiscal, hasta que bajarán las acciones de las empresas nacionales, y con ello, el valor de la economía nacional. Pero, ¿por qué esta defensa? ¿Es acaso el proyecto tan malo para el país?

Para responder, primero debemos ilustrar cómo funciona el modelo. Las AFP son, en realidad, un pozo gigante de dinero, que es invertido por un gestor, a fin de que ese dinero genere ganancias. Como se sabe, ese pozo de dinero consiste en los fondos que, mes a mes, imponen los trabajadores y trabajadoras de todo Chile a través de sus cotizaciones previsionales. Luego, ese dinero, más la ganancia, se los reparten a aquellos trabajadores y trabajadoras que jubilan, a través de su pensión de vejez, en una proporción acorde al salario que recibieron durante toda su vida. ¿Qué hacen las AFP con esos fondos? Los invierten. ¿Dónde? Pues compran acciones de empresas, ya sea en Chile o en el extranjero, los colocan en fondos de inversión; en definitiva, y para simplificar, gestionan esos dineros en el mercado de valores.

Pero en la práctica, las AFP no funcionan como unos simples gestores, sino que también, como bancos. Como se sabe, los bancos son organismos que se dedican a la intermediación financiera. ¿Qué quiere decir esto? Que reciben dinero ajeno, el cual, luego lo prestan a terceras personas. En definitiva, el negocio de los bancos consiste en prestar dinero. Pero el negocio de los bancos tiene una trampa, ya que el dinero que prestan es más que el dinero que reciben. Por lo tanto, si todas las personas que tienen su dinero en el banco van a retirarlo al mismo tiempo, el banco quebrará, pues no tiene todo ese dinero. Sólo tiene el dinero que le obliga a guardar el Banco Central, que se llama “encaje”. Y si quiebran los bancos, quiebra el país.

¿Por qué las AFP funcionan como los bancos? Muy sencillo. Las AFP intervienen en el mercado de valores y cuentan con un gran capital, inaccesible para muchos de los demás agentes del mercado. Las empresas, las grandes empresas que cotizan en la Bolsa, cuando desean expandir sus negocios, o realizar nuevas inversiones, no van al Banco. Las sumas de dinero que necesitan no pueden ser entregadas por los bancos, y en caso de hacerlo, cobran intereses carísimos. Lo que hacen es pedir dinero en el mercado de valores, en la Bolsa. Para ello disponen de una serie de mecanismos: emitir bonos, opciones, aumentos de capital, entre otras. Por lo tanto, si por ejemplo, Cencosud desea financiar su expansión a Brasil, no va al banco a pedir dinero, sino que realiza un aumento de capital. Pone a la venta una cantidad de acciones equivalente al dinero que necesita. Y ahí es donde entran las AFP. Éstas, con una suma enorme de dinero disponible, necesitan invertirlo. Y como ya tienen acceso interno a las operaciones de la empresa (por cuanto todas las AFP, debido a la cantidad de acciones que poseen, son capaces de tener, a lo menos, un director en cada sociedad anónima abierta), pueden comprar todas esas acciones a un riesgo mínimo. Y de esta manera, la empresa obtiene el dinero que necesita, a través de las AFP. Estudios no tan recientes han demostrado la evidencia de que las AFP han contribuido a un menor costo del capital y a una menor volatilidad de los retornos de las inversiones.

En resumen, los empresarios defienden las AFP porque, básicamente, las AFP son sus financistas. Las AFP, en la práctica, son los bancos de las empresas chilenas. Hasta en eso es posible apreciar la desigualdad del sistema de las AFP. En la práctica funcionan como bancos “B2B” (business to business, de empresa a empresa), cobrando intereses mínimos y obteniendo pingües ganancias. Pero no cualquier empresa puede acceder a esos préstamos privilegiados, sino que sólo aquellas empresas que cotizan en la Bolsa. Si usted posee una PYME y desea expandir su negocio, debe ir al banco regular de su plaza, el cual le cobrará una tasa de interés leonina y le impondrá unas cuotas mensuales impagables. Pero si usted es controlador de una empresa IPSA, tiene acceso a los generosos créditos de las AFP, a costa de todos los trabajadores y trabajadoras de Chile.

Ésta es la verdadera razón por la cual los empresarios defienden las AFP. Sin ellas, no pueden continuar con su modelo de negocios depredador de las pequeñas y medianas empresas, organizado en carteles coludidos a fin de reventar a los demás elementos de la cadena de negocios, y que les permiten mantener sus exorbitantes salarios que permiten que el 1% más rico del país se lleve el 26,5% del PIB de nuestro país, un monto equivalente, al año 2015, a la suma de $7.363.018.867.925.- (siete billones trescientos sesenta y tres mil dieciocho millones ochocientos sesenta y siete mil novecientos veinticinco pesos).

La expresión definitiva de la desigualdad en Chile.