La inmortalidad de la tinta: Periodismo en tiempos de crisis

01 Febrero 2021

La tinta no va a morir, así como no fallecieron los libros tanta veces sepultados a lo largo de las eras, pero se necesitan cambios. 

Angelo Auil >
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Hoy vemos con nostalgia los años de máximo esplendor de la tinta, esas crónicas matutinas y duros reportajes, mezcla de sudor, compromiso y años de pulida técnica que podían tocar el espíritu de una nación por su contenido y muchas veces también por su repercusión.

Las nuevas tecnologías permitieron una inmediatez nunca antes vista, las redes sociales solo fueron el catalizador para transformarlo en algo al alcance de todos, y de paso, dar un nuevo golpe a los formatos clásicos de noticias.

Como Gremio vemos con estupor el despido de 200 colegas desde lo que alguna vez fueran grandes medios de comunicación y como una nueva señal de precarización en los ya alicaídos campos profesionales en medio de una pandemia. Por otra parte vemos como muchas veces los directivos rara vez pagan las consecuencias de un modelo de negocios que necesita crecer en concordancia con los tiempos y marcar la diferencia.

La tinta no va a morir, así como no fallecieron los libros tanta veces sepultados a lo largo de las eras, pero se necesitan cambios. El Estado tiene que garantizar el Derecho a la Comunicación y apoyar de forma decidida a los medios, especialmente a los que trabajan en regiones bajo condiciones mucho más desventajosas.

Por todo ello es indispensable que se reconozca la labor determinante que realizan hombres y mujeres que han consagrado su labor al Periodismo y que hacen posible dar certeza en tiempos de incertidumbre y defender la Democracia y los Derechos Humanos cuando la oscuridad vuelve a golpear la puerta.