Niños del Valle de Chaca aprenden a cuidar el Picaflor de Arica

19 Enero 2018

Con juegos y dinámicas los alumnos de la Escuela G-55 del valle de Chaca conocieron y aprendieron de una de las aves más pequeñas del mundo, que hoy se encuentra en peligro de extinción.

Mauricio Castil... >
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Rieron, jugaron, concursaron, ganaron premios y lo más importante: aprendieron. Por unas horas, este grupo de estudiantes suspendió sus vacaciones y regresó al colegio para entregarse a la aventura de aprender acerca de una de las aves más pequeñas del mundo y la más pequeña de Chile, pero que hoy lamentablemente se encuentra en estado crítico de extinción.

Por medio de juegos los estudiantes aprendieron  a diferenciar el Picaflor de Arica de otras especies como el Picaflor de Cora y el de Norte que también se observan en nuestra zona; llamándoles poderosamente la atención su tamaño (entre 7 y 8 centímetros) y peso (2 y 3 gramos).

Álvaro Ccama, estudiante de 9 años de la Escuela G-55 del Valle de Chaca, dijo que si bien conocía algunos picaflores que eventualmente llegan a su casa, “no sabía que eran diferentes especies y me dio mucha pena saber que el Picaflor de Arica puede desaparecer por eso todos tenemos que cuidarlo”.

Proyecto

De acuerdo a los últimos estudios realizados por Aves Chile a la fecha la población del Picaflor de Arica no supera los 300 individuos; siendo sus principales causas de extinción la perdida y degradación de su hábitat y la aplicación masiva de pesticidas en los valles.

De ahí la importancia y urgencia en iniciar un trabajo especial que apunte a la preservación del Picaflor de Arica; tarea hoy asumida por el ministerio del Medio Ambiente a través del proyecto “Incorporación de la conservación y valoración de especies y ecosistemas críticamente amenazados en paisajes productivos de frontera de desarrollo en las regiones de Arica y Parinacota y el Biobío”.

La iniciativa que considera además otras especies como el Zorro de Darwin, el Huemul y el Queule en la octava región, es implementado a través de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el financiamiento compartido entre el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF) y representantes del sector público y privado.

Paula Arevalo, coordinadora regional del proyecto, explicó que a través de “este tipo de actividades buscamos generar nuevas capacidades, conocimientos y sensibilidad en los más pequeños; también comenzaremos a desarrollar buenas prácticas con agricultores y esperamos intervenir en los marcos regulatorios respectivos que nos permitan actuar desde un punto de vista legal en la preservación del Picaflor de Arica”.

En los próximos días el equipo del proyecto junto a las profesionales de Servicio País que se encuentran en la comuna de Camarones, volverán a la Escuela G-55 del Valle de Chaca para continuar el trabajo con los estudiantes.