Tren Arica - La Paz: El caballo de acero de Los Andes... un doble homenaje

14 Mayo 2020

En este mes de mayo, se celebra el 107  aniversario del Ferrocarril Arica – La Paz, inaugurado el 13 mayo de 1913. El Ferrocarril fue construido según lo establecido en el artículo 3 del Tratado de Paz del 20 de octubre de 1904 entre Bolivia y Chile.

Hermann Mondaca... >
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Al hablar del Ferrocarril Arica – La Paz, personalmente no puedo dejar de pensar en uno de los hombres buenos de Arica, y que formaba parte de la historia viva, de la vida ferroviaria ariqueña que fuera beneficiada con la instalación del tramo que cubría Arica y La Paz en solo 440 Kilómetros de distancia. Me refiero a don Luis Aguirre Guerra, quién recientemente iniciara su recorrido al Universo misterioso, a la edad de 80 años. Don Luis caracterizado por su amplia y franca sonrisa fue dirigente de la Unión Ferroviaria, que agrupa a antiguos trabajadores ferroviarios y que se reúnen en su sede de calle Patricio Lynch. 

Con don Luis Aguirre Guerra nos subimos varias veces en el Ferrocarril y con gratos relatos de él, transitamos las 14 estaciones que cubren el tramo por territorio chileno de Arica, Maestranza Chinchorro, Rosario, Poconchile, San Martín, Central, Pampa Ossa, Puquios, Coronel Alcérreca, Humapalca, Villa Industrial, Chislluma, General Lagos y Visviri. Y las 13 estaciones que cubren el tramo del territorio boliviano, de Charaña, Abaroa, Pando, General Pérez, Campero, Calamacho, Calacoto, General Pando, Ballivián; Comanche, Coniri, Viacha, El Alto y La Paz. Solo algunas estaciones de esas se mantienen, a la mayoría las ha cubierto el polvo del tiempo, entre las que destacan se encuentra la Estación Central.

Los relatos de don Luis, solo se detenían cuando cruzábamos los siete túneles que debía atravesar el Ferrocarril, donde el ruido del tren cimbrándose en los rieles se hacía más intenso y la oscuridad llamaba a una reflexión interior, que recordaba la odisea de la construcción de este gigante mecánico que atravesaba las montañas a una altura de 4.265 msnm, de este magnífico caballo de acero.

Don Luis era un cronista innato de su tierra amada de Arica, quien fuera también Presidente Nacional de la Federación de Boxeo de Chile, Secretario de la Asociación de Bailes Religiosos de Arica, fue el que le puso el nombre al Club San Marcos de Arica, también fue dirigente del popular grupo de Scout ariqueño “Juan Waideles” y poseedor además, de una fuerte herencia ferroviaria que la transmitía su tío el ex diputado Bernardino Guerra, quien también era ferroviario y de su propio padre –también de nombre Bernardino-, quién era maquinista.

La presencia del Ferrocarril Arica-La Paz, generó en algunos momentos de la historia regional una gran y gravitante actividad económica y con ello, una identidad ferroviaria con presencia relevante en la ciudad.

La última conversación que sostuve con don Luis fue en una esquina de la calle O´Higgins, a media cuadra de la sede de la Unión Ferroviaria, en una tarde del otoño de 2017, él me contó que estaba escribiendo lo que anhelaba convertir en un libro. Y pude grabar algunas palabras que se relacionan directamente con el papel del Ferrocarril en el progreso del puerto de Arica, me dijo:

“El ferrocarril fue la gran inyección de la época, que por lo demás fue por la obligación de un tratado. El Tratado de Paz con Bolivia de  1904, lo exigía. De modo que el hecho que se construyera el ferrocarril fue toda una inyección a la ciudad, por lo que generó durante su construcción y por lo que significó para Bolivia y por el despliegue que tuvo para el puerto de Arica…

 Porque el despliegue, del cual nosotros también fuimos testigos, tuvo varias etapas. Una de ellas fue durante la Segunda Guerra Mundial, que su despliegue fue espectacular. El tren transportaba día y noche el estaño, el caucho, el azufre, la madera, el café, cuánta cosa no pasaba por acá, rumbo a Estados Unidos.

Los trenes no dejaban de llegar durante el día y durante la noche. Y en el Puerto habían seis barcos esperando ser cargados y diez más afuera y quince submarinos más afuera esperando para proteger los convoyes.

Se trabajo día y noche en el muelle, la intensidad del ferrocarril, fue una cosa espectacular”.

Durante el siglo XX y hasta los años 60, la actividad ferroviaria constituía una de las actividades económicas más importantes de nuestra ciudad. Más de 1.700 personas trabajaban en el Ferrocarril Arica a La Paz y su presencia marcó para siempre la vida económica, social, cultural y deportiva de nuestra ciudad. +

Algunas de ellas fueron: La formación de niños y jóvenes de la ciudad que se congregaron en los Scout Juan Waidele Aceituno.

En el plano Deportivo, del cual se constituyeron el Club Deportivo Ferroviario; El Club Ferro Arica; el Deportivo Contabilidad; el Deportivo Luz y Fuerza;  el Club de maquinistas y fogoneros Santiago Watts; el Club Ferrobadminton en Visviri; el Club Los Cóndores en Puquios o el Club Deportivo Central. Todo aquello permite hacernos una idea de la importancia que tenía para la vida regional el Ferrocarril y la identidad ferroviaria.

Hoy, pese que la actividad ferroviaria no se revitalizó, después de la reposición de la línea del FFCC Arica-La Paz, en el tramo Arica-Visviri, la identidad ferroviaria mantiene el anhelo que esta actividad se revitalice.

La identidad ferroviaria es hasta hoy, parte esencial para entender la historia de Arica.

El testimonio de don Luis Aguirre Guerra y de los ferroviarios, yace latente en el tendido de toda la línea del Ferrocarril Arica – La Paz y de sus túneles. Este es un doble homenaje a los 107 años de su inauguración y a don Luis Aguirre Guerra uno de los ferroviarios notables, a quién no pude acompañar en su despedida por la Pandemia. Pero el RE-CUERDO, el volver a Ver con el Corazón, está más vivo que nunca entre miles de ariqueños y ariqueñes.

Reponer el Ferrocarril Arica – La Paz es parte del Futuro, de la conexión de Arica con el Corazón de América, y de la conexión Arica – La Paz – Santa Cruz – Cuiabá. Todo esto pasa por una Política de Estado que privilegie la Integración y deseche la política de enclave militar histórica del  Estado chileno y con esto  que el caballo de acero de Los Andes vuelva a galopar en las alturas.