90% independientes

Según datos obtenidos desde el Servel, en Arica y Parinacota solamente 17.264 votantes militan en algún partido político; muy poco -o casi nada- si se observa que en la capital regional pueden sufragar 180.315 personas, mientras si consideramos a toda la región ese universo es de 191.406.- O sea, menos del 10% está inscrito en algún conglomerado.

Por lo anterior, este 11 de abril (día en que deberá optar por gobernador regional, constituyente, alcalde y concejal) las personas tendrán una gran disyuntiva: elegir entre los candidatos de los dos grandes bloques tradicionales u optar por los independientes (los verdaderamente independientes, no los apoyados por partidos políticos de siempre).

Este es un fenómeno que se viene perfilando desde hace tiempo y cada vez con más fuerza. Recordemos elecciones anteriores, como el triunfo simbólico del doctor Lee, quien venció a sus rivales, sin embargo, no pudo ser senador; también está el caso de las últimas municipales donde Gerardo Espíndola (Liberal, pero fuera de los 2 bandos de siempre) se impuso solamente por 122 votos a Rodrigo Cuevas (este último un independiente que no estaba en los planes de ningún experto o encuesta).

Por las cifras y casos expuestos se podría generar un interesante escenario: que el 90% del padrón electoral vote por los “candidatos alternativos”, lo que sería un verdadero asalto ciudadano, dejando de lado la histórica hegemonía de la Nueva Mayoría y Chile Vamos.

Será interesante estar atento a diversos factores claves, como cuánta gente irá a votar y, por otra parte, si en la intimidad de la cámara secreta la persona reafirmará lo que las encuestas dicen y lo que las redes sociales más likes tienen: la gran desconfianza ciudadanía por los partidos políticos.

Todo pareciera indicar que es el momento de aquellos que cuentan con el apoyo de las bases y que son gente con experiencia social y preparadas (trabajadores y/o profesionales, muchos de ellos con post títulos destacados) que únicamente anhelan entregar su conocimiento con el único ánimo de construir un país más justo y mejor para todos, dejando atrás la mala política, de la que estamos mal acostumbrados y llenos de ejemplos.