Comisión investigará matanza de 34 mineros en Sudáfrica

19 Agosto 2012

La policía disparó contra un grupo de trabajadores en huelga. El hecho recuerda lo sucedido en 1985, en pleno apartheid.

Gloria Delucchi >
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El presidente sudafricano, Jacob Zuma, abandonó súbitamente en la mañana del viernes una cumbre regional en Mozambique para regresar a su país. La conmoción provocada por la represión policial contra mineros en huelga, que dejó, al menos, 34 muertos y cerca de 80 heridos, lo obligó a suspender su agenda internacional.

Apenas llegó a Sudáfrica se dirigió a Rustenburg, la ciudad más cercana al lugar de los hechos, y en un discurso transmitido en directo por televisión, Zuma anunció la creación de una comisión para investigar los hechos. “Debemos tratar de que se esclarezca la verdad de lo que ocurrió aquí. Por eso decidí instaurar una comisión de investigación, para descubrir las causas reales de este incidente”, declaró el jefe de Estado.

La policía sudafricana alegaba el viernes haber actuado en legítima defensa, en una operación que es considerada la más sangrienta desde el fin del apartheid, el sistema de segregación racial, en 1994. “El grupo de militantes cargó contra la policía, disparando y blandiendo armas peligrosas”, sostuvo la jefa policial, Riah Phiyega, al dar cuenta de los enfrentamientos del jueves, en Marikana (al noroeste del país), con los huelguistas de la mina de Lonmin. “La policía se replegó sistemáticamente y se vio forzada a recurrir a la fuerza máxima para defenderse”, agregó.

El movimiento, considerado ilegal, se inició con una reivindicación de un grupo de mineros que exigía triplicar su salario, actualmente de 4.000 rands mensuales (US$ 486). La matanza provocó conmoción mundial, ya que numerosas cadenas de televisión se encontraban cubriendo las negociaciones con los huelguistas cuando se inició la operación policial. Las imágenes muestran a los agentes abriendo fuego contra manifestantes, que caen en medio de una nube de polvo.

Phiyega mostró otros videos, en los que se ve a policías esforzándose en dispersar a los mineros, negociando con ellos y recurriendo a armas convencionales de dispersión de manifestaciones, como cañones de agua y balas de goma.

De todas formas, se trató de la acción policial más sangrienta desde el fin del apartheid y recuerda lo sucedido en 1985, cundo la policía mató a 20 manifestantes negros, quienes abrieron fuego contra los mineros, también negros, cuyas condiciones de vida experimentaron escasas mejoras desde la instauración de la democracia multirracial, hace 18 años.

La huelga de Lonmin, que comenzó hace una semana, había dejado 10 muertos antes del jueves, en presuntos enfrentamientos de Mineros y Obreros de la Construcción (radical) y el Sindicato Nacional de Minería, un poderosos aliado del Congreso Nacional Africano (CNA), el partido del poder. Cerca de 3.000 trabajadores se habían hecho fuertes en una colina, armados con lanzas, machetes y armas de fuego, junto a la mina, en Marikana.

El viernes, en el caserío instalado en los altos de los depósitos de la mina de platino, unas 100 mujeres denunciaban la violencia policial con los cantos y danzas usadas hasta hace dos décadas en su lucha contra el apartheid. Unos 2.000 mineros volvieron a reunirse, algunos con barras de hierro y palos.

 

Fuentes:-

La Tercera

Agencias