La unidad estratégica de Argentina, Chile y Perú para la conquista de su libertad e independencia (1ra parte)

18 Septiembre 2018

Un ejército pequeño y bien disciplinado en Mendoza para pasar a Chile y acabar allí con los godos, apoyando un gobierno de amigos sólidos para concluir también con la anarquía que reina; aliando las fuerzas pasaremos por el mar a tomar a Lima (General San Martín).

Hermann Mondaca... >
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La celebración del 18 de septiembre evoca la conformación de una Junta de Gobierno en Chile en 1810, juntas que fueron comunes en toda América Latina por esos años como resultado del cautiverio del Fernando VII, Rey de España. Así se produjo la necesidad de una forma de gobierno provisoria que seguía mostrando lealtad al rey, por lo que el movimiento de 1810 no era no separatista ni mucho ni independentista; no obstante, se promovieron algunas reformas políticas y económicas las que gradualmente condujeron a la ruptura con España. Se recuerda, entonces, el inicio de un proceso de independencia de la corona española y la formación de Chile como un Estado nación.

Dicho proceso sería largo y sacrificado y había comenzado con la rebelión de Tupac Amaru II, José Gabriel Condorcanqui en Cuzco, que estremeció el Virreinato del Perú y el de La Plata (1780-1782).

Mientras en Chile se creaba la Junta de Gobierno, en Argentina el 25 de mayo de 1810, el vecindario de Buenos Aires había depuesto al Virrey Hidalgo de Cisneros y encomendado la dirección de los negocios y asuntos públicos a una Junta elegida de su seno.

Paralelamente en Tacna, en 1811 comenzaba una insurrección al imperio encabezada por el patriota limeño Francisco Antonio de Zela, pese a que contaba con 1.000 hombres, le insurrección fue aplacada el 25 de junio, siendo arrestado Zela quien fue llevado a Lima donde fue condenado a cadena perpetua en la cárcel de Chagres, Panamá, donde falleció el 18 de julio de 1819, a la edad de 50 años.

Posteriormente en el Virreinato del Perú estallará la rebelión del Cacique Pumacagua. Mateo García Pumacagua, Cacique del Valle de Chincheros, provoca la revolución del Cuzco a fines de 1814 que se extendió rápidamente a Arequipa, Guamanga, Puno y La Paz. Sin embargo, fueron finalmente derrotados por los realistas. Los indígenas de Ayaviri y el cacique Pumacagua fueron ejecutados el 17 de marzo de 1815, en Sicuani y decapitado, su cabeza fue enviada al Cuzco para ser expuesta en escarpia y su brazo derecho a Arequipa.

Corría el año 1812 y en el frente norte argentino, los realistas bajaban de Alto Perú tomando la ciudad de Cochabamba y derrotando al ejército argentino. Seguirían entonces en dirección a la ciudad Jujuy, que, defendida por el General Manuel Belgrano, quien ordena la retirada y la evacuación de la ciudad. Solicitando a la población quemar todas sus pertenencias, no dejando víveres, ni cobijo a los españoles. En una gesta y sacrificio emblemático, el pueblo de Jujuy, abandona su ciudad quemando todo lo que poseían y retirándose a la ciudad de Tucumán a 250 kilómetros.

Algo similar ocurrirá en Chile en donde el naciente ejército patriota al mando de José Miguel Carrera, se enfrentará en diversas escaramuzas y batallas al ejército realista entre 1810 y 1814, periodo conocido como “la Patria Vieja”: Yerbas Buenas (27 de abril de 1813), combate de San Carlos (15 de mayo de 1813), batalla de El Roble (17 de octubre de 1813), combate de Talca (3 de marzo de 1814), combate de El Quilo (19 de marzo de 1814) batalla de Membrillar (20 de marzo de 1814), combate de Cancha Rayada (29 de marzo de 1814), la batalla de Rancagua (1 de octubre de 1814), serán algunas de ellas, en las cuales pese al heroísmo de las tropas patriotas, fueron derrotados por los realistas. El rol que cumplirán en ese entonces –entre otros héroes de la Independencia de Chile-, los hermanos Carrera, Manuel Rodríguez y O´Higgins, será de sumo relevante. Con la victoria realista en Rancagua, se pondrá fin a la Patria Vieja y los restos de ejército patriota cruzarán al exilio a Mendoza.

La nueva estrategia de la Guerra de Independencia

No se podría entender la guerra por la Independencia definitiva de Argentina, Chile y Perú, sin ubicar las claves que fueron determinando una orientación de la estrategia que asumirían sus líderes y sus Ejércitos.

Tampoco se podría entender el paso del Ejército de Los Andes, ni la formación de la Escuadra Libertadora, ni la formación del Ejército Libertador del Perú. Un elemento clave para entender la estrategia de la guerra de la Independencia está determinado en las habilidades de sus jefes. El conocimiento de las armas y las artes militares por las tropas patriotas será muy relevante y el rol de estratega que desempeñará el General San Martín, será decidor.

En ese momento las Provincias Unidas de Argentina se debatían en una discusión del sentido estratégico de la guerra de la Independencia, sosteniendo algunos que lo que había que hacer era enfrentar a las tropas realistas del Alto Perú al norte de Tucumán, donde habían sido derrotados en dos grandes batallas por el ejército realista que concentraba grandes fuerzas.

El General José de San Martín, sin embargo, tenía una concepción estratégica diferente de la guerra, que la explicó en una carta dirigida al patriota argentino don Nicolás Rodríguez Peña, y dice lo siguiente:

“Ríase usted de esperanzas alegres. La Patria no hará camino por este lado del norte (Tucumán) que no sea una guerra puramente defensiva, y nada más; para eso bastan los valientes gauchos de Salta con dos escuadrones buenos de veteranos. Pensar otra cosa es empeñarse en echar al pozo de Agrón hombres y dinero. Así es que yo no me moveré, ni intentaré expedición alguna. Ya le he dicho a usted mi secreto. Un ejército pequeño y bien disciplinado en Mendoza para pasar a Chile y acabar allí con los godos, apoyando un gobierno de amigos sólidos para concluir también con la anarquía que reina; aliando las fuerzas pasaremos por el mar a tomar a Lima: ese es el camino y no este mi amigo. Convénzase usted que hasta que no estemos sobre Lima la guerra no acabará” (1).

Esa será, en síntesis, la concepción estratégica que guiará el esfuerzo emancipador de los tres países.

El plan estratégico de San Martín, contó con el apoyo del Director del Estado de las Provincias Unidas de Argentina, Martín de Pueyrredon. A la vez obtuvo el apoyo de la Logia Lautarina y de O'Higgins y de los chilenos emigrados a Mendoza que la harán suya. En esta dirección estratégica de la guerra de la Independencia y con estos apoyos, San Martín comenzaría la larga preparación, formación, financiamiento, entrenamiento y disciplinamiento militar del Ejército de Los Andes, que durará tres años.

A esta notable empresa incorporará en sus mandos a los chilenos exiliados en Mendoza, después del desastre de Rancgaua. Tales como el fraile Beltrán en su parque de artillería, Zenteno su primer auxiliar en el carácter de secretario, O'Higgins, su segundo al mando, de Manuel Rodríguez, de Freire, de Las Heras y otros.

Cabe destacar que esta acción de larga preparación del Ejército de Los Andes no solo consistió en la preparación militar de la expedición sino en la formación de un grupo de cuadros gubernamentales que serían claves para el próximo período. Desde ese momento surgirá una férrea unidad estratégica entre San Martín, O'Higgins y Zenteno, que será decisiva para la Independencia de Argentina, Chile y Perú.

A la víspera de la partida del cruce de Los Andes, San Martín le escribiría una carta a Pueyrredon en la que decía: “El 8 de febrero todo el ejército estará en Aconcagua, el 12 derrotará al enemigo y del 14 al 15 entrará vencedor en Santiago”, con esa seguridad salió el Libertador. Así fue efectivamente la historia, el 12 de febrero se enfrentaba el Ejército de Los Andes al Ejército realista al mando de marcó del Pont, en el escenario de Chacabuco que el Libertador poseía en sus mínimos detalles.

El Colapso del Imperio, Batalla Chacabuco, óleo sobre tela, de Tomás Vandorse c. 1867, dimensiones de 153 cm. por 105.6 cm. Se puede observar que la pintura certifica la presencia de los 7° y 8° batallones de soldados afrodescendientes –centro izquierda del cuadro-. Y a la vez que el estandarte del Ejército de Los Andes enarbola la bandera de Argentina.


Detalle del cuadro anterior

Para la consecución del plan estratégico definido por el general San Martín y férreamente apoyado por O´Higgins, la acción siguiente sería la preparación del Ejército Libertador del Perú y la Escuadra, sin embargo, esta acción pasaba por la consolidación de la independencia de Chile. En el terreno militar la derrota de los realistas en la Batalla de Chacabuco, no había significado la derrota estratégica de su ejército.

El 12 de febrero de 1818, el director interino del estado General San Martín y todas las autoridades presentes juraron frente a la bandera chilena tricolor, puestas de rodillas, sostener la independencia absoluta de Chile de Fernando VII, sus sucesores y cualquier otra dominación extraña (2).

Óleo sobre tela de Pedro Subercaseaux, en la Proclamación de la Independencia de Chile, día que se izó la bandera nacional de Chile, en la Plaza de Armas, el edificio de atrás corresponde al actual Museo Histórico Nacional. Cuadro exhibido actualmente en el Palacio de La Moneda, Santiago Chile.

La batalla de Maipú del 5 de abril de 1818: La derrota militar y política de los realistas

Los españoles tuvieron 2.000 muertos y fueron tomados prisioneros unos 3.000 hombres. Perdieron toda la artillería, parque y servicios logísticos, además de numeroso armamento. Entre estos figuraba el general José Ordóñez, que se hizo cargo de las fuerzas españoles ante la huida del general Osorio. El ejército patriota sufrió la pérdida de 1.000 hombres, entre muertos y heridos, pagando el mayor tributo los afrodescendientes de Cuyo de los cuales quedó más de la mitad en el campo de batalla.

Maipú fue una de las grandes batallas americanas. Por las acertadas marchas estratégicas que la precedieron y por sus hábiles maniobras tácticas sobre el campo de la acción, así como por la acertada combinación y empleo oportuno de las armas. Maipú tuvo además el mérito singular de ser ganada por un ejército numéricamente inferior y que había sido derrotado apenas 17 días atrás en Cancha Rayada, sin duda, es un ejemplo particular en la historia militar. La dirección táctica y estratégica estuvo al mando del General San Martín.

Maipú, Grabado, Buenos Aires 1910. Museo del Carmen, Maipú, Chile.

Maipú quebró para siempre la supremacía militar del ejército español en América llevando el desánimo a todos los que sostenían la causa del rey desde México hasta el Perú y otorgando un gran aliento a los independentistas americanos.

Consolidada la Independencia de Chile, vendría el próximo paso en la estrategia que uniría a tres países: La Expedición Libertadora del Perú.

Desde 1818 a 1820, los esfuerzos de O´Higgins y San Martín estuvieron orientados a tres grandes tareas: A.La Formación de la Escuadra Nacional y el predominio en el Pacífico. B. El financiamiento de la Expedición Libertadora y C. La formación del Ejército Libertador del Perú.

Finalmente el 20 de agosto de 1820, zarparía el Ejército Libertador del Perú en la Escuadra Nacinal. O´Higgins pronunciaría la frase “de estas cuatro tablas dependen los destinos de América”, y declamaría la siguiente arenga:

“Soldados, yo he sido muchas veces testigo de vuestro coraje, y sé lo que debo esperar de vosotros en la campaña más importante de la revolución. El General San Martín que os manda, es el mismo que os llevó al campo de batalla en Chacabuco y en Maipú, acordaos de lo que hicisteis entonces y pensad en el glorioso destino que os aguarda.

Soldados de Los Andes, vosotros disteis la libertad a Chile. Id al Perú dejad escritos vuestros nombres con la sangre de los que lo oprimen.

Chilenos, vuestra intrepidez i la de las tropas auxiliares salvaron a la república amenazada en la jornada del 5 de abril, seguid la carrera de la gloria y mereced la gratitud de los habitantes del Perú, así como habéis merecido la de vuestra Patria.

Ejército expedicionario, marchad a la victoria, id a poner término a las calamidades de la guerra y fijar la suerte de todas las generaciones venideras, estos son los deseos y esperanzas de vuestro amigo y compañero” (3).

Bandera del Ejército Libertador del Perú. Cada estrella simbolizaba la Libertad de Argentina, Chile y Perú (4).

Referencia: Mondaca Raiteri, Hermann “El Cuarto de Línea: Gesta por la Independencia del Perú y la Libertad de América”, Libro 7 de la Colección Literaria “Arica y Parinacota, Tierra Milenaria en el Corazón de América”, 2017.

(1) Documentos referentes a la Guerra de la Independencia y Emancipación Política de la República Argentina y otras secciones de América”, Archivo de la Nación Argentina, Buenos Aires, Talleres Heliográficos, 1917.

(2) Se oficializaría la bandera chilena actual. Respecto del Escudo nacional actual este sería oficializado recién en 1834 siendo Presidente de Chile Joaquín Prieto. Respecto del significado de la estrella, en el escudo nacional y en la bandera deseamos señalar algo muy poco conocido en relación a su significado. Sin duda la asociación directa es con la libertad. Sin embargo, en el decreto oficial se dice: “La estrella de plata es el blasón que nuestros aborígenes ostentaron siempre en sus pendones y el mismo que presenta ese caro pabellón a cuya sombra se ha ceñido la Patria tantos y tantos gloriosos laureles”. Varas, Antonio, Recopilación y Decretos Supremos. Decreto Supremo firmado por Joaquín Pérez, el 22 de agosto de 1834.Hoy en Chile muy pocos saben, que la estrella de la bandera y el escudo nacional, simboliza al blasón del pueblo mapuche y con el a todos los pueblos originarios de Chile.

(3) Bernardo O'Higgins, 20 de agosto de 1920; Bulnes, Gonzalo; Historia de la Expedición Libertadora del Perú, 1887.

(4) Márquez, Alberto y Antonio; Campaigns, Number Forty, United Kindgdom, mayo-junio, “El ejército de liberación de Los Andes”. 

Ver también:

La unidad estratégica de Argentina, Chile y Perú para la conquista de su libertad e independencia (2da parte)

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