Los crecientes conflictos sociales condicionan el futuro político del presidente boliviano

01 Mayo 2012

Las protestas de sectores tradicionalmente aliados del gobierno se multiplican ante supuesto giro liberal del presidente Evo Morales

Gloria Delucchi >
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Bolivia se convirtió en las últimas semanas en un centro de conflictos sociales que están debilitando la imagen del presidente y podrían complicar sus aspiraciones de acceder a una segunda reelección. El descontento ya no es exclusivo del rico oriente boliviano. Ahora se manifiesta con más fuerza entre quienes solían ser sus aliados, sindicatos que esta semana protagonizaron una violenta huelga en varias ciudades y cientos de indígenas que empezaron el viernes una marcha hacia La Paz para protestar por la construcción de una ruta en sus tierras.

El malestar social es palpable en todo el territorio. Según un estudio presentado por la Fundación Unir, en marzo hubo una escalada de protestas que alcanzó 233 conflictos sociales, un 35% más que el mes previo. Esta tendencia se mantuvo durante abril.

Desde hace más de un mes, médicos y profesionales de la salud pública llevan adelante un paro en protesta por el aumento por decreto de la jornada laboral de 6 a 8 horas. La medida de fuerza incluye huelgas de hambre y piquetes.

Esta semana, además, una nueva protesta convocada por la Central Obrera Boliviana (COB) paralizó La Paz durante 48 horas, en la que no faltaron violentos choques con la policía y enfrentamientos con militantes afines al gobierno, que derivaron en decenas de detenidos y heridos. A la marcha se plegaron maestros, estudiantes y mineros, en reclamo de mejoras salariales.

Las protestas que ya llevan varias semanas y abarcan a otros gremios, como los transportistas, se extendieron a ciudades como Santa Cruz de la Sierra, Cochabamba, Sucre y Tarija. Pero tal vez lo que más le duele al mandatario es la marcha que iniciaron hacia La Paz, la segunda en menos de un año, cientos de indígenas que se quejan por la construcción de una ruta financiada por Brasil, que dividirá en dos el Territorio Indígena Parque Nacional Isoboro Sécure (Tipnis), una reserva natural en la Amazonía boliviana.

Analistas políticos bolivianos sostienen que desde que asumió su segundo mandato, hubo un giro del gobierno hacia un estilo más conservador para intentar captar inversiones extranjeras y recuperar el apoyo de las clases medias.

Este deterioro de la imagen presidencial puede afectar directamente sus aspiraciones de buscar una segunda reelección en 2014. Según un sondeo de la revista Poder y Placer, si las elecciones fueran hoy, Evo Morales superaría por poco margen a un candidato de una oposición unificada.

Además, el mandatario todavía tiene que librar una batalla legal en torno a un polémico artículo de la nueva Carta Magna. Este establece que el mandatario puede ser reelegido “por una sola vez de manera continua” y que los “mandatos anteriores a la vigencia de esta Constitución serán tomados en cuenta a los efectos del cómputo de nuevos períodos”.

La oposición considera que esto inhabilita la candidatura de Morales, pero el presidente dice que su primer mandato no cuenta porque finalizó antes de tiempo, ya que el gobierno adelantó las elecciones para adecuarse a la nueva Carta Magna. La última palabra la tendrá la justicia o, en su defecto, un referéndum.

Fuentes: Emol, La Segunda