[Opinión] Idepa versus Indap, David contra Goliat

24 Julio 2013

"Lo único que está haciendo el gobierno con este proyecto es cambiarle el nombre al Fondo de Fomento de la Pesca Artesanal, que de fomento poco o nada tiene (...)" Por Nelson Estrada, Vicepresidente Nacional de la Condepp.

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Los pescadores artesanales leemos, escuchamos y observamos  los cambios de compromisos y palabras de muchos de los actores vinculados con la Ley de Pesca. A qué me refiero, a algo tan evidente como las diarias adecuaciones o acomodos de las diferentes necesidades y angustias personales y familiares en cada una de las caletas de pescadores.  Se les va aplicando planes de mitigación, de calmantes a las crisis que van apareciendo por todo el país. Un parche por aquí, otro por allá. Un beneficio a este y a este otro. Así es muy difícil sentarse a conversar con las autoridades relacionadas  con la pesca.  Lo incómodo de esto, es que quedamos como los malos de la película. 

¿Por qué los pescadores pedimos una nueva Ley de Pesca? ¿Por qué solicitamos leyes modernas, planes de manejo y revisión de las derechos históricos?  No es por un mero antojo. La demanda ancestral  del pueblo de pescadores artesanales de Chile, de crear un nuevo orden marítimo de pesca que esté acorde con los tiempos que se viven y se requieren, es un derecho inalienable. Por eso levantamos la voz, las manos y nuestros corazones. No queremos que se nos despoje de la pesquería que nos corresponde.

En estos días se está discutiendo en la Cámara de Diputados la creación del  Instituto de Desarrollo de la Pesca Artesanal, demanda impulsada por el Consejo Nacional de Defensa del Patrimonio Pesquero de Chile, CONDEPP.  Pero nuevamente se nos escatima el sentido original de esto. Maquillaje muy burdo para crear una institución disminuida, sin la voz y voto de las regiones y lo que es más grave, sin presupuesto adecuado a las necesidades. Dicho con todas sus letras un “IDEPA DE PAPEL”.

Lo único que está haciendo el gobierno con este proyecto es cambiarle el nombre al Fondo de Fomento de la Pesca Artesanal, que de fomento poco o nada tiene. Para muestra un botón: El informe financiero contempla un gasto permanente para personal y operación del IDEPA de $569 millones de pesos; en la otra vereda está el INDAP, el que recibe más de $32 mil millones para personal  y operaciones. En él están  incluidos los préstamos, inversiones y programas de fomento del INDAP agrícola. Comprenderán entonces que esta partida la perdemos por paliza.

Otros antecedentes iguales o más graves que el señalado. El proyecto de ley que crea el IDEPA, no asegura presencia regional, lo que queda entregado a la facultad de un Director Nacional y el presupuesto. Dicho en buen chileno, cero presencia regional. El proyecto presentado propone una institución centrada exclusivamente en el desarrollo productivo de la pesca artesanal, lo que se traduce en la nula presencia de los aspectos sociales, culturales u organizacionales.

Otro problema grave, el IDEPA no tiene capacidad operativa, lo que es cero independencia  para sus programas de desarrollo. Su contraparte INDAP tiene capacidad propia para desarrollar su actividad, lo que nos parece bien. No queremos quitarle a uno para darle al otro, por el contrario, nivelar hacia arriba es lo óptimo.

Para concluir con este breve recuento de anormalidades, debo señalar que la ley establece un criterio de habitualidad que impida a quienes han abandonado la actividad recibir sus beneficios. Aquí hay un detalle no menor, puede darse el caso de la ausencia obligada de la actividad por enfermedad o accidente, esto último recurrente en las páginas policiales.  Aquí estimamos se debe establecer un criterio más amplio que observe cada caso en particular.

Chile es una larga faja y no solo de tierra.

El mar territorial y soberano es mucho más.  Aspiramos a tener leyes, normas y sistemas de protección a la actividad, que beneficie a todos  los pescadores artesanales de este vasto océano y que propicie la preservación de las pesquerías por siempre. Las leyes no están o se hacen al servicio de un grupo de turno, corresponde a la autoridad política saber equilibrar todo,  en bien del pueblo que dicen representar.