Un Análisis Descarnado: Arica y Parinacota reprobó en participación ciudadana

Nuestros líderes no representan al colectivo y se han entrampado en una lucha constante por poder y no por el ciudadano.

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El eje central de la sociedad es la persona humana, y como tal es deber de nuestros gobernantes esmerarse por obtener la satisfacción colectiva y no el interés propio.

En este encuadre es que octubre se convirtió en el grito de cientos por la reivindicación ciudadana. Todos y cada uno de los sectores de esta sociedad alzaron la bandera de lucha apropiándose de un reclamo popular que no es recogido a la fecha.

Y prueba de estos dichos descansa en el yermo porcentaje de votación. De un padrón con más de 191.517 inscritos, solo 35.356 manifestaron su decisión en las pasadas elecciones a Gobernador de la Región.

Y es donde surge pregunta, ¿el pueblo solo debe exigir derechos? La respuesta es simple, la gobernanza es, desde su célula más básica, un deber común. 

Derechos y obligaciones emanan de la voluntad del ciudadano en gestación de un Estado, porque el deber de hacer un mejor lugar y generar condiciones no es solo de un gigante creado para administrar a la sociedad, sino que además de usted.

Y si debemos apuntar a un culpable, definitivamente debe ser la ignorancia, el desinterés y la despreocupación ciudadana.

Educar es gobernar, y un pueblo educado permite un Estado más preparado. Generaciones enteras sufrieron el cercenamiento de la cátedra de educación cívica, de la filosofía, de la educación financiera, siendo estas esenciales para el desarrollo del bien común.Y la desconexión entre autoridades y Estado se debe, entre otros, a estas razones. Pero ya es tiempo de retomar el camino.

El gobernante es un conector estatal, y como tal está al servicio de la persona humana y su objetivo es promover al bien común. No se otorgan galas y tronos, sino que un overol y una caja de herramientas legales y administrativas, para hacer la vida de todos y cada uno de los habitantes de la región más digna.

Y créame que las herramientas están: existen fondos, existen autoridades, existe mecanismos, pero todo debe ser orquestado por quienes lleven en el corazón la vocación al servicio público de la mano de la gente. Es ahí donde este hermoso arte debe surgir; gobernarse y gobernar, con sabiduría, con respeto, con amor. 

Por lo tanto es hora de dejar de culpar, y empezar a construir. Nuestra región es un hito tripartito estratégico, con un potencial no explotado invaluable. No puede quedar a la suerte de un quinto de la población la decisión de quienes serán las autoridades regionales. Y ya escogidos estos es deber de la comunidad toda trabajar en conjunto por el futuro de Arica y Parinacota.

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