Arica: Oscuridad, delincuencia y basurales

14 Enero 2022
En la región de Arica y Parinacota, crece la delincuencia, la basura en el humedal, perros y gatos abandonados. Atesoramos todo tipo de desechos sobre los techos de nuestras casas y dormimos la siesta esperando que venga alguien de Santiago a solucionar nuestros problemas.
Veronica Grunewald >
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Con  la elección de Gabriel Boric como Presidente de Chile hemos ingresado  a una nueva era donde la política, como la hemos conocido, debe reinventarse y superar las viejas formas de sobrevivencia. Aquellas que ha desarrollado en este largo ciclo de casi cincuenta años  de oscuridad, con prácticas perversas para obtener beneficios con el objetivo de mantener y afianzar el  poder. 

Los chilenos dijeron basta y los ojos del mundo están sobre este alargado y estrecho país tratando de definir qué tipo de Presidente tenemos y si seremos capaces de lograr los cambios que buscamos. Tras el estallido social del 2019, que se veía venir, pero que no creíamos, con el paro de las mujeres y una multitudinaria marcha en el 2018 y otras señales de  un pueblo cansado de las injusticias, las desigualdades, del raspado de olla, la privatización de los recursos y servicios, los perdonazos a las elites y la persecución a los esforzados trabajadores de Chile, a sus escasos ingresos y sus fondos de pensiones disminuidos en contraste con los millonarios dividendos que reciben los accionistas.

Sin duda, Gabriel Boric se despega de la típica descripción del viejo político. Es un joven que representa la esperanza para muchos, incluso fuera de Chile. Es lo que buscábamos, pero me pregunto si estamos preparados para ser conducidos en madurez y libertad. Creo que todavía estamos confundidos con las “oportunidades” que nos ofrecían las políticas económicas basadas en la autorregulación del mercado, con los gigantes enriqueciéndose a costa de nuestros productores.  Y las hordas de migrantes entusiasmados con la posibilidad de  participar en este “rio revuelto”. Si. Los indicadores dicen que Chile representa la mejor economía de la región.  Lo que no muestran son los números de zapateros que han cerrado sus fábricas pues no les resulta posible  competir con los precios de los zapatos chinos. Los productores de leche, los viñedos y los pescadores, entre otros son los grandes perjudicados. Y la población. El acceso al crédito les permite comprar todo lo posible, pero   lesiona la capacidad de ahorro. Las familias se empobrecen. 

Tenemos los ojos de la esperanza puesta en  el  nuevo gobierno. Pero no sé si estamos preparados para hacer las cosas de manera diferente. En la región de Arica y Parinacota, crece la delincuencia, la basura en el humedal, perros y gatos abandonados. Atesoramos todo tipo de desechos sobre los techos de nuestras casas y dormimos la siesta esperando que venga alguien de Santiago a solucionar nuestros problemas cuando el problema somos nosotros mismos.  

Hay que cambiar profundamente. Cambio de actitud. Los funcionarios públicos tienen que solucionar los problemas de los usuarios, no puede ser que pasen años en trámites. No puede ser que se naturalice la inoperancia. 

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Lo peor es que los partidos políticos, los artífices del fracaso, se encuentran liderando una extraña “repartija de cargos”, algo así como sacando cuentas alegres,  si lo que hace falta es la participación de personas que quieran a la ciudad, no para llenarse los bolsillos, sino para engrandecerla.

Aquí termino, con un llamado a los ariqueños a prepararse para avanzar. Leer, comunicarse, conversar con los vecinos. Limpiar sus techos y patios, cuidar las calles. Tener mascotas en forma responsable. Dejar alimento para los picaflores. Conocer los humedales y mantenerlos limpios. Solo así estaremos preparados para que ingrese la luz a esta ciudad  donde, por ahora, gana la oscuridad,  el mal, la perversión.