Choque con la realidad: De la búsqueda de la justicia a la indefensión

06 Julio 2018

"¿Me chocas por alcance al frenar en un cruce de peatones y yo tengo la culpa?". Chofer de taxi rural de Azapa quiere "un acuerdo": que le pague sus daños y él los míos... Me niego rotundamente. Vamos al 1er Juzgado de Policía Local y esto fue lo que pasó.

Richard Onell Ibarra >
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Hace un mes sufrí un accidente: me chocaron en la intersección de Hualles con Las Gredas (¿dónde queda esto?), es la pequeña calle entre las rotondas Azapa y la salida de Arica.

Como todo respetuoso conductor frené en el cruce de peatones (antes apenas se notaba) y justo iba a cruzar una señora. Freno y veo por el retrovisor una luz radiante que se aproxima a gran velocidad. Choque por atrás. Miro hacia el lado, mi señora está bien, un poco alarmada, pero bien; miro hacia atrás y mis dos hijos están bien.

Bajo de mi auto y atrás tengo un taxi rural de Azapa, que de seguro venía a gran velocidad, ya que movió toda la defensa trasera, descuadró toda la parte trasera del auto y le voló los focos. Pienso en que afortunadamente es un auto grande, de 3  filas, sino qué hubiese pasado con mis hijos... me angustio y me mareo, supongo que es normal en esas circunstancias.

Corro el auto, el tipo dice que tengo la culpa... ¿En serio?, ¿me chocas por alcance al frenar en un cruce de peatones y yo tengo la culpa? Me molesto muchísimo y me retiro. Con el tiempo he aprendido a dominar situaciones y no que las situaciones me dominen a mi.

Acto seguido, llamo a carabineros y no tardan mucho. Le dicen al tipo: "Váyanse a la buena, tienes todas las de perder, mira la circunstancias del choque". El tipo quiere "un acuerdo": que le pague sus daños y él los míos, ¿qué clase de acuerdo es ese? Me niego rotundamente.

Carabineros toman fotos del lugar, tenemos que presentar declaración ante ellos, quienes también hacen su propia declaración de lo que encontraron y nos citan al primer juzgado de policía local. Nos suben al vehículo policial, vamos a constatar lesiones al hospital. Larga espera, como en todo el sistema de salud público en Chile. El dice que se golpeó la cabeza contra algo (¿El señor licencia profesional no llevaba puesto cinturón?).

Pasa el tiempo, ya es la fecha de ir al juzgado. Voy con la convicción y el recuerdo vivo del susto de ese día. Está el tipo que me chocó, prefiero ni mirarlo. Llega mi turno, hago mi declaración en menos tiempo del que esperé, me dan un papel y mi licencia sigue retenida hasta que dure el proceso.

Contrato un abogado, siempre con la creencia que las circunstancias son favorables frente a la ley. Le cuento mi versión de lo ocurrido y él me confirma que por las circunstancias y señalización del tránsito, es súper posible ganar. El abogado presenta un par de solicitudes (presentar testigos en una fecha encima y una inspección física al lugar de lo ocurrido) y el juez del primer juzgado de policía local se las niega ambas.

El papelito que me dieron, que servía de licencia de conducir o salvoconducto, estaba pronto a expirar y fui a renovarlo. En el lugar me entero que se dictó sentencia. Espero contento para seguir con el proceso civil donde quien yo creo culpable se haga cargo de los daños a mi vehículo (evaluado en cerca de $500.000.-).

Me siento un poco eufórico, trato de disimular ante el actuario. Y la causa dice: "Se condena a Richard Onell Ibarra, ya individualizado en autos, al pago de una multa de 0,5 U.T.M., por conducir sin estar atentos a las condiciones del tránsito del momento, ocasionando lesiones leves y daños en colisión, infringiendo el artículo 108, en relación al artículo 167 Nº 2 de la ley del tránsito". El chofer de taxi Azapa tiene la misma condena.

Quedé en shock, estupefacto, desalentado y muy apenado. Me siento desprotegido e indefenso ante el proceso de un juez, con un trato que creo incompetente. "Señor, ¿está seguro?" y el actuario me contesta que sí, porque no presenté nada que explicara la dinámica del choque. Le respondo que la dinámica está dada por la propia señalización del tránsito y el dice: "Él es el juez".

Comento esto con funcionarios del mismo tribunal y todos me dicen que es de no creer. Lo converso con amigos y con otros abogados y nadie entiende. Finalmente, ahora tengo que pagar los daños a mi vehículo, el abogado y, por encima de todo eso, creo que la sensación de injusticia e indefensión es irreconciliable.

Gracias a personas como usted, Señor Juez del primer Juzgado de policía local, es que la gente no cree en la justicia. Gracias a usted, la gente prefiere arreglar "a lo amigo" o "hacer la del vivo". Espero no haberme corrompido en el proceso y que no me convierta en otro "vivo", pero veo a jueces como usted (o del caso Penta) y me doy cuenta que, al parecer, no es usted solo una pieza del puzzle, sino que es una institución completa que huele a podrido.

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