Educando a la generacion de cristal

17 Marzo 2021
La “generación de cristal” es la de mis hijos, aquellos que se quejan porque el Internet llega débil, reclamo que sigue siendo de privilegiados.
Rodrigo Muñoz Ponce >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

Hoy, a propósito del encierro, conversamos en nuestro grupo de Whatsapp de corresponsales del Morrocotudo, sobre las clases on line y lo diferente que era la educación hace treinta años, sobre todo para aquellos que creímos -por boca de nuestros padres- que la educación era un factor de movilización social. Eran los ideales de la clase trabajadora, en una sociedad de los 80', donde aún no permeaba totalmente el individualismo material.

Recuerdo haber escuchado de mi mamá, con melancolía, una frase lamentablemente profética: "hoy nadie respeta a un hombre culto que anda en micro". Quizás en ese momento, algunos visualizaban cómo se estaba fraguando, a fuego muy lento, el cambio definitivo de mirada en la sociedad, que comenzaba a cambiar los mercados tradicionales de barrio por supermercados, condominios privados por barrios públicos y áreas verdes por malls. 

La que hoy llamamos "generación de cristal" no sabe del vidrio, su sucedáneo barato. La educación, dentro del fenómeno social anotado, no da cuenta de aquellos que todavía buscan botellas de vidrio para sobrevivir. Es una realidad que ha disminuído, es cierto, pero en dicha comunidad, no se pueden conjugar las palabras educación sin aludir también a salud, higiene y seguridad. 

Las clases emergentes, (hoy metidas a fuerza de estadística oficial en la gran clase media, aspiran a la gran quimera a punta de deudas vitalicias y hereditarias), alcanza a rozar los beneficios de esta sociedad exitosa, aunque le cueste colas por bonos, repactaciones de deudas y malestares variados frente a la poca empatía de burócratas que no saben la diferencia entre soportar ser funcionario y el verdadero servicio público. 

Los políticos son la raíz de ese problema, pero eso sería materia de una columna más larga y trágica. La “generación de cristal” es la de mis hijos, aquellos que se quejan porque el Internet llega débil, reclamo que sigue siendo de privilegiados. En este mundo globalizado, en todo caso, estamos, lamentablemente, entre dos capitalismos: el occidental, con derechos laborales y defensa de animales, y el chino, que no es más que capitalismo de Estado, tanto o más depredador del medio ambiente, sin protección laboral y sin respeto por  el sentir de los animales. Quizás en este momento de estallido social, en nuestro pequeño país, seamos capaces de ponernos de acuerdo en algunas soluciones no ideológicas, pero si técnicas, compasivas y empáticas con los demás habitantes y sirvamos de ejemplo en latinoamérica contra la corrupción.