En el Mes del Mar: La muerte del personal embarcado chileno

26 Mayo 2016

Historia aparte son las innumerables consignas y eslóganes que tergiversan, confunden y satanizan las actividades productivas marítimas sin considerar que los chilenos necesitan trabajo y de calidad; es decir, formales, con contratos y con capacidad de negociación colectiva.

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Por Eric Riffo Paz

Presidente Sindicato de Motoristas
Consejero Nacional de Pesca

Entre la espada y la pared se encuentran los hombres de mar chilenos; las continuas modificaciones a la Ley de Pesca y Acuicultura, sumado a los negativos efectos del cambio climático, están llevando a la actividad laboral a su extinción.

Desde el año 2000 que la flota pesquera industrial se viene reduciendo, dejando una estela de cesantía que hasta hoy se puede sentir en las ciudades puerto a lo largo del país. Por otro lado, el desarrollo de la actividad acuícola que abrió una luz de esperanza en términos de generación de empleo en el transporte marítimo se ha visto fuertemente afectada en los últimos años, por plagas como el ISA y otras que en menor escala también han afectado la actividad salmonera.

Si a esto sumamos fenómenos oceanográficos que afectan actualmente nuestras costas de norte a sur, con varazones de langostinos en Arica, anchovetas en Mejillones, machas en Cucao y culminando con una desastrosa Marea Roja en Chiloé, tenemos una actividad marítima con un futuro incierto. Como si esto fuera poco, se está tramitando una ley que permitiría a embarcaciones extranjeras realizar cabotaje (transporte marítimo) en nuestro litoral.

Es decir, nuestro mar, que debería ser nuestro mayor orgullo y alegría, se ha convertido en nuestra peor pesadilla, con una actividad marítima en franca despedida para los trabajadores embarcados.

Historia aparte son las innumerables consignas y eslóganes que tergiversan, confunden y satanizan las actividades productivas marítimas sin considerar que los chilenos necesitan trabajo y de calidad; es decir, formales, con contratos y con capacidad de negociación colectiva.

Los trabajadores embarcados nunca hemos estado en contra de la regulación, es más, si hay que regular que se regule, si hay que fiscalizar que se fiscalice, si hay que sancionar que se sancione, pero algo muy distinto es eliminar la industria, ya que eso solamente traería desempleo y pobreza.

Hoy el mar nos exige a todos una visión de futuro, con reglas claras y de largo plazo, con el respeto al medio ambiente y con respeto a los miles de trabajadores que dependemos del mar.