En tiempos de pandemia, la Anomia que nos sumerge y pone en riesgo a la población

08 Mayo 2020

El mundo se enfrenta a una crisis sanitaria y humanitaria sin precedentes durante el último tiempo. Una crisis de personas, de salud y bienestar donde los gobiernos están asumiendo un papel central para eliminar el virus y los riesgos que afectarán la economía y lo social.

Marcela V. Rodríguez >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

Aplanar la curva es el gran desafío  y requiere de medidas para prevenir la enfermedad. Se cree que el virus se propaga principalmente de persona a persona y la mejor manera de prevenirlo es evitar la exposición y reducir los contactos: aislamiento social. Medidas que ciertamente requieren del cumplimiento estricto y efectivo ya que será la forma más eficiente y rápida de eliminar el virus.

Desde el 18 de marzo, Chile vive un estado de excepción constitucional de catástrofe por 90 días, decretado debido a la crisis sanitaria desatada por la pandemia del coronavirus. Situación excepcional que permite resguardar el cumplimiento de cuarentenas y medidas de aislamiento, garantizar la cadena de producción y abastecimiento y proteger y guardar las fronteras. Permite también tomar otras decisiones para otorgar mayor seguridad a hospitales y lugares de atención sanitaria, facilitar el traslado de pacientes o personal médico proteger la cadena logística y el tratado de insumos médicos.

Gracias a estas medidas y principalmente a cuarentenas "selectivas" y la realización de una gran cantidad de exámenes, el gobierno estimaba haber alcanzado una "meseta" de contagios de coronavirus en el periodo que preveía un pico de la pandemia.

Así, mientras los contagios seguían aumentando en América Latina, Chile, anuncia su plan de retorno a la "normalidad", estrategia que consideraba una serie de nuevas disposiciones para reactivar parte de la actividad económica y escolar de forma gradual.

Sin embargo, las medidas decretadas como método para evitar la propagación del virus, ha demostrado ser difícil de cumplir. Las personas por las razones que sean, evaden la cuarentena y salen a las calles lo que ha significado en algunas localidades un sostenido incremento en el número de casos lo que conllevo al anuncio de un aumento de las medidas restrictivas para contener la propagación de la pandemia.

No cumplir con las medidas es colaborar a la propagación de los contagios y que en muchos casos pueden resultar mortales. El tejido social se está deteriorando ante la angustia y el miedo y obedecer la normativa sobrepasa el sentido del deber.

En este contexto resulta valido preguntarnos qué nos pasa como sociedad que no cumplimos una cuarentena y tenemos ciudadanos que desafían la ley y ponen en peligro a otros incluso a su propia familia.

Anomia.

Que refiere a la ausencia de ley, orden, estructura; a la falta de normas o incapacidad de la estructura social de proveer a ciertos individuos de lo necesario para lograr las metas de la sociedad.

El término es utilizado en sociología y ciencias sociales y en diversas épocas para explicar la conducta individual o colectiva que se aparta de las normas sociales y jurídicas. 

Emilio Durkheim (1858-1917), uno de los padres fundadores de la Sociología, la definía como una enfermedad de la sociedad cuyo síntoma es el incumplimiento hacia las normas y leyes que rigen las conductas morales, jurídicas y de costumbre de una sociedad.

Un relativismo moral, un da todo igual, cumplir, no cumplir, y construye un modelo social sin referencias éticas. La pandemia al parecer nos encuentra así, en un estado de la sociedad en que los vínculos se debilitan y se hace imposible la integración y regulación adecuada del comportamiento de las personas.

Quizás los lazos ya estaban rotos y hoy solo es el reflejo de un estado de desorganización social o aislamiento del individuo, por eso las personas no acatan y ponen en tela de juicio las normas porque en el Chile de hoy la percepción es de un contexto sociocultural y político fragmentado y con desconfianzas.

Se postula que la desconfianza en el colectivo lleva al individuo al aislamiento y la insensibilidad. Y en la crisis de desconfianzas en las instituciones de nuestro país y la desconfianza en las medidas adoptadas la anomia social es la respuesta a la desesperanza y a las desigualdades políticas, sociales y económicas; a la corrupción, al nepotismo, al monopolio de las oportunidades, a la secularización, a la discrimación y la injusticia. Un Chile donde el descrédito no solo es hacia el gobierno, sino también de la desaprobación de los partidos. Un Chile donde el vacío de liderazgo político es hondo y la ciudadanía necesita de interlocutores válidos. Revisa Estudio de Transparencia aquí:  

En la desconfianza es difícil construir un escenario y la anomia se vuelve así parte de la sociedad y en tiempos de pandemia los estados anómicos ponen en riesgo a la población.

Al parecer en el Chile de hoy se necesita tener esperanzas para el futuro y eso implica hacer todo lo posible por mitigar el deterioro de una anomia social en tiempos de la situación sanitaria, social y económica de la pandemia en beneficio de un bien común para el país y la voluntad de cada uno y de todos, ayudará a superarla.