Es una cuestión de actitud: ¡Carnaval de Arica todo el año!

22 Enero 2019

Siempre me he imaginado en cómo sería mi ciudad si su gente se comportara siempre de la misma forma que en esos 3 días. ¿Qué pasa con los otros 362? ¿Dónde queda esa fuerza, ese ímpetu, ese coraje, esa alegría, ese orgullo? 

Alejandra Stuardo >
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Tengo 39 años y soy nacida y criada en Arica, aunque muchos no lo crean. Sí, las apariencias engañan. Siempre he amado y me he sentido muy orgullosa de mi ciudad, lo que no dista de ser consiente de los elementos negativos que la destacan.

Arica, es una ciudad bella, es para vivir, pero también para morir tranquilamente. Arica, es una ciudad benévola con nuestros adultos mayores, generando que sus dolencias físicas y emocionales no sean tan severas como en otras partes. ¿Por qué?, se preguntarán ustedes: por el clima y por el mar.

Por una parte, aquí la gente no tiene frío, y si lo hay, te pones una “chompa” y ya está. Por otro lado, el mar es -lejos- el mejor remedio natural para cualquier achaque, ya sea de índole físico, psicológico o emocional. Hoy en día te dicen, "¿padece de esto o esto otro? ¡Vaya, y tírese un chapuzón al mar!". A veces, lo único que el cuerpo nos pide a gritos es lo que los proporciona el mar: nitrógeno, fósforo, azufre y elementos minerales, como el hierro y el magnesio. Es cuestión de aprender a escuchar a nuestro cuerpo.

Arica, señores, tiene todo: aires limpios, todo está cerca, todo es barato (a excepción de las viviendas), tiene playas, valles, altiplano, costa, nieve, lluvia, calor, las momias más antiguas de planeta. En fin, tiene de todo tanto para los que vivimos aquí como para los que vienen de afuera.

Entonces, pregunta del millón: ¿por qué Arica no surge?... ¿Saben por qué no surge?... ¡Por su gente!

Algo nos pasa que no logramos visibilizar el tipo de paraíso en el que vivimos. Muchos se dan cuenta RECIÉN cuando deciden irse a vivir afuera, porque cuando uno se va, pucha que se extraña Arica.

Este será ya mi tercer año animando uno de los carnavales más importantes de Latinoamérica, el Carnaval Andino Internacional con la Fuerza del Sol. Esta instancia me ha dado la posibilidad de conocer sus danzas, cultura, idiosincrasia, pero también de realizar diagnósticos a esa masa de gente que año a año se reúne durante 3 días para dejarlo todo en las avenidas principales de Arica.

Las personas que han tenido la oportunidad de venir al Carnaval de Arica, han visto cómo la gente baila, grita, salta y canta, donde prácticamente familias enteras conforman las comparsas. Esos 3 días, Arica se llena de magia, de colores, de una fuerza indescriptible. Día, tarde y noche al son de los tambores, las trompetas y las tarqueadas, la gente está en trance y contenta. Se siente en el aire, la masa vibra.

¿Y en el resto del año? ¿Qué pasa con los 362 días del año? ¿Dónde queda esa fuerza, ese ímpetu, ese coraje, esa alegría, ese orgullo? Sí, orgullo de mostrar lo que somos, quiénes somos, nuestra historia que tan maravillosamente se ve reflejado en sus bailes:

El sufrimiento de los ancestros a través de los caporales; la ironía de los esclavos riéndose de los españoles en el waka waka; el sonar de los tambores que muestran cómo los afro ariqueños aún siguen latiendo en nuestros corazones; la fuerza de las tarqueadas para llamar a la lluvia; la belleza y la lujuria de las morenadas; el fervor hacia la virgen de los bailarines de la diablada; la fuerza y destreza de los tobas; el danzar de los tinkus; y más, mucho más.

Siempre me he imaginado en cómo sería mi ciudad si su gente se comportara todo el año de la misma forma que en esos 3 días que dura el carnaval. Tendríamos los hoteles copados durante los 12 meses y nuestro turismo se iría a las nubes con la cantidad de turistas que recibiríamos cada día del año. Aquí, ganaríamos todos: micro y macro empresarios, artesanos, la locomoción colectiva y los comerciantes.

Entonces, yo me pregunto, ¿si Arica tiene todo y es una "mina de oro", qué nos hace falta realmente? ¡ACTITUD!

Actitud es lo que nos hace falta, creernos el cuento, validar lo que somos y lo que tenemos. Mostrar lo mejor de lo nuestro al mundo, ofrecérselo, destacarlo, contarle que somos la ciudad más prendida de Chile, con una multiculturalidad inigualable en todo sentido, rico en diversidad gastronómica y tantas otras cosas que le encantarían a los visitantes.

¡Carnaval de Arica todo el año! Insisto, es una cuestión de actitud.

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