La pandemia de la soledad en las orillas de Arica [FOTOS]

La pandemia del Coronavirus nos dejó con postales de abuelos que salen a la calle cuando pasan los vehículos, con habituales rostros por las ventanas, porque desde ahí se mira el mundo, aunque sea el de la orilla.

Un abuelo se abriga las piernas con una frazada de polar, justo en una pared, la única que ve cada día desde su casa ubicada al frente, justo donde dice “no botar basura” y hay bolsas de quienes no temen en llenar espacios ajenos de lo que quieren desechar. Al final todos somos desechables y nos llega el turno, y vaya que hay que estar preparados para no sucumbir.

Las escaleras a veces no te llevan al cielo, pero si a los suburbios donde el plomo se mete por la piel, mientras otros intentan sobrevivir en el desierto en tomas. Y a la orilla del tren a las gaviotas la soledad les da espacio para sobrevolar los rieles, mientras desde las ventanas y puertas salen rostros y cuerpos a mirar aunque sea unos minutos la vida de afuera, que se hace eterna, cuando el trabajo escasea, los bonos no llegan, las cajas de alimentos se estacionan en bodegas y la muerte nos hace güiños.