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Preocupante: Estudiantes de Codpa no pueden conectarse a sus clases online
Hacen turnos para compartir internet desde el celular
Ada Angélica Rivas >
authenticated user Corresponsal Corresponsal CiudadanoEs martes, y en el pueblo de Codpa, como todos los días hábiles de la semana, en la casa de Silvia Pérez Cruz, donde habitan cuatro menores, todos estudiantes de educación básica, dos de la escuela de Chitita y dos del liceo agrícola de Codpa, se disponen para iniciar un nuevo día escolar. Esta familia forma parte de la comuna de Camarones, que posee 1.224 habitantes, según el último censo.
Desde que partió la pandemia y se suspendió su asistencia presencial al establecimiento, el ejercicio habitual de los educandos es prender los computadores y asistir a clases online. El día martes es el turno de inglés y lenguaje, aunque también matemáticas, historia, aymara y educación física, se hacen por plataforma, a quienes tienen telefonía en sus pueblos, mientras que los que no la poseen, sus clases se realizan a través de guías o pendrives.
En la casa de Silvia, que tiene un pequeño negocio de abarrotes en calle Las Vilcas, los menores se preparan para participar en las clases en forma simultánea. Se sentaron como muchos días en la mesa con sus notebook, para conectarse con sus profesores, la mayoría con docencia online desde Arica y, como tantas veces, sucedió lo mismo. A pesar de compartir internet desde los celulares de la familia, las páginas se cayeron a cada rato, pues la señal es débil y apenas se pueden abrir los link.
Fue el momento en que Silvia decidió, para optimizar el sistema, que los menores se fueran eliminando uno a uno, porque aunque estaban con dos celulares, el internet no les llegaba en forma efectiva para que tuvieran clases al mismo tiempo, como lo requieren los profesores.
- Tuve que eliminar primero a Julián, luego Anahis, para dejar a dos en clases y aun así el internet no funcionó y uno de los niños se puso a llorar. Lo único que quiero es tener buena señal. El profesor dice que ingresen sí o sí, caso contrario, pueden perder el año, afirma Silvia.
Como ella, hay familias que tienen tres niños en las clases simultáneas, y deben sacar de a uno, postergarlos para otro día y turnarse quién entra a la clase y quién no.
En la comuna, ubicada a 100 kilómetros al sur de Arica, hay nueve establecimientos educacionales, ocho de enseñanza básica y un liceo agrícola. Que no tengan internet no es novedad, por ello la comunidad ha conversado con la Seremi de Transporte y Telecomunicaciones, solicitando que se mejore la señal, porque es una necesidad.
- Con la cantidad de usuarios existentes, en un pueblo con 20 personas, no es rentable para una empresa de internet. Agrega la afectada, que tiene dos hijos en la escuela de Chitita, tres sobrinas en el liceo de Codpa, y dos sobrinos en la escuela de Guañacagua.
La comuna, cien por ciento rural, tiene una extensión de cuatro mil 200 metros cuadrados, de mar a cordillera, cuya altura va desde el nivel cero a casi cinco mil metros sobre el nivel del mar y cuenta con telefonía móvil en el 50% de los pueblos. Las empresas existentes son Entel y Movistar, que se van alternando en las localidades.
- Antes que el Servicio Local de Educación Pública tomara la educación, en enero de este año, la Municipalidad de Camarones generaba un gasto de 40 millones para conectar de internet a los ocho establecimientos de la comuna. Ahora lamentablemente no se puede hacer esa inversión, pues la educación ya no es municipal, aclara el concejal Cristian Zavala, agregando que recién están instalando telefonía gratis, y ya se está licitando la instalación en Guañacagua, Codpa, Cuya y caleta Camarones.
Para Silvia es importante que las autoridades se preocupen de esta realidad, ya que los niños no pueden avanzar a través del internet deficiente. Dice que trata de motivarlos, pero es difícil, porque la frustración es alta, más aún cuando tienen que turnarse para poder acceder a clases online y los teléfonos móviles cuentan con la potencia necesaria para comunicarse y nada más.
Mientras pasan los días, los estudiantes no se pueden conectar al internet en forma óptima, y a más de alguno se le caen las lágrimas, por la molestia e insistencia en algo que no resulta; por el temor a repetir de curso y porque se ve lejano el día en todo sea diferente. La pandemia nos trajo una nueva realidad, donde hasta por los espacios físicos en una casa pequeña es complejo ubicar a cada menor con su equipo de computación, y las distancias sociales tampoco pueden ser efectivas.