A quemar el mono: Como en la vieja tradición, dejemos atrás lo que no nos sirve

En Arica acostumbrábamos hacer un mono gigante con materiales de desecho que se recolectaban entre los vecinos. No habia fuegos artificiales. A medianoche de año nuevo el mono era quemado. Representaba el año viejo y todo lo que queríamos dejar atrás.

Este año nuevo quisiera que se retomara la antigua tradición y quemásemos esa noche muchas cosas inservibles. La soberbia de los viejos politicos por ejemplo. ¿A quienes representan? Nos hacen creer que al elegirlos nos representan, pero apenas el  10% de los chilenos está inscrito en un partido politico. El absurdo sistema está diseñado para que se eternicen "familias" (a lo cossa nostra) en el tiempo, sin mas mérito que ser hijo, nieto o sobrino de alguien. Personajes como Frei hijo, Van Rysselberghe "Coca" o los Allende post 73 han mantenido sus posiciones gracias al cadaver de algún antepasado. Sin méritos propios.

A la democracia chilena no le sirven los cambios en una nueva constitución. No podrian gobernar a sus anchas.

Evidenciemos a este reducido número  de patipelados ambiciosos y arrogantes. No permitamos que merodeen por nuestra nueva constitución. Es nuestra. Escribámosla con cariño y también con  confianza en nosotros mismos. 

Hagámonos cargo de nuestro futuro. Abandonen el barco los ineptos. No pueden, no saben, no es justo. En año nuevo dejaremos atrás las injusticias. No puede ser que un profesor espere dos o más años para jubilar. ¿Qué clase de sociedad somos?  Exijamos transparencia en los negocios que hacen las AFP. Las compañías de telecomunicaciones. Transparencia. 

En año nuevo quiero que se quede atrás tambien el poder de las farmaceuticas o laboratorios que dominan la formacion de nuestros medicos. En siete años les lavan el cerebro para que se transformen en testaferros de las recetas. No les interesa mi salud ni la de nadie. Les interesa perpetuar medicamentos en las vidas humanas, que extienden al máximo pues muertos no les servimos. Nos han hecho creer que el "delantal blanco" siempre dice la verdad. Pero nada de eso.

¿Y los alimentos transgenicos?  ¿Quiénes financian las investigaciones sobre los efectos en la salud humana? ¿Y los agrotóxicos?  Hay muchas otras cosas que deben quedar atrás. Quememos el mono y  tengámonos confianza. Pensemos. Miremos el futuro con dignidad.

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Imagen: Tomás Bradanovic