Retiro del 10% de la AFP: Una victoria popular

24 Julio 2020

Posterior al despertar social del 18 de octubre del año pasado llegó al país la Pandemia mundial del Coronavirus y los movimientos sociales –con disciplina-, congelaron sus movilizaciones para enfrentar como país,  la pandemia.

Hermann Mondaca... >
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El gobierno de inicio del estallido social, enfrentó las movilizaciones, con la táctica de guerra contra un “enemigo poderoso, implacable, fabuloso”, que usó para contener y criminalizar las demandas populares, y posteriormente, continuó con la lógica de guerra, simbólica, contra el ahora enemigo implacable del Coronavirus.

Se preparó la “batalla de Santiago”, que finalmente se perdió estrepitosamente por un virus que no sabía que estaba en guerra, y que aún no se “ha puesto bueno”, el castillo de naipes se derrumbó, y también el camino progagandístico de la “nueva normalidad”. Vino el cambio de ministro y con él un nuevo diseño de propaganda del “paso a paso”.

Entremedio la crisis económica, que ha servido para develar que el país de los jaguares de América, nunca existió y que el virus atacó selectivamente a las comunas más desposeídas, las venas abiertas de la pobreza, según señalaron algunos ministros “era una realidad que no conocían”. También el virus ha develado que la “clase media chilena”, simplemente no existe y lo que hay son más de 10 millones de chilenos con endeudamiento agobiante, una cesantía creciente y muchos sectores paupérrimos que viven en estado de hambruna. Hambruna que se ha visto sofocada por la solidaridad y el tejido social popular, que han armado una red nacional de ollas comunes, donde se teje la fraternidad, la solidaridad y la dignidad.

Vinieron un conjunto de medidas propagandísticas como las llamadas “cajas infelices”, que no constituían medidas paliativas de mediano plazo, y otras como aquellas “medidas especiales para la clase media”, que solo era un plan de endeudamiento mayor de un sector social ya asfixiado por la situación económica. Entremedio surge la petición de que los ahorros de los chilenos que son utilizados por las grandes empresas para sus negocios privados, pudieran ser utilizados por sus dueños en un 10%.

La medida en sí se simplificaba en tanto que, el empresariado monopólico dejaría de contar con el 100%  de los ahorros de todos los chilenos, para usarlos en sus negocios privados, y que contaría solo con un 90% del total de los ahorro de los chilenos.

Aquello levantó la codicia y animadversión del empresariado y de la derecha neoliberal. El jefe de los empresario Sutil, no tuvo sutileza para decir que “los fondos de las AFP son sagrados y no se tocan”, y se inventaron las más diversas argumentaciones, muchas de ellas falaces, para intentar convencer a la gente que lo peor que les pudiera pasar era usar sus propios fondos, disponer del 10% de sus ahorros, para poder enfrentar la crisis. 

En esta ocasión, se incorporó una moción para legislar por los diputados Jaime Mulet, Alejandra Sepúlveda, Esteban Velásquez y René Alinco, la que inició este proceso que terminó con una derrota política del gobierno. Y no es menor mencionarlos a ellos en el logro de esta iniciativa, sobre todo cuando los canales de televisión hoy viernes, los han omitido de sus pantallas, por ejemplo, el Canal 13, todo la mañana estuvo con Joaquín Lavín e Iván Moreira, donde aparecían como héroes de la jornada.

¿Cuál es la lección y la ganancia de los movimientos sociales democráticos para la obtención del 10% para la gente?  Aparte del resultado económico que a un sector de la población le permitirá hacer frente a la crisis.

Consideramos que la lección y la ganancia que obtuvieron los movimientos democráticos y sociales, es que  pese a la articulación de la prensa neoliberal y de las fuerzas gubernamentales y políticas de la derecha, detractando el proyecto del 10%, las fuerzas democráticas y sociales, lograron politizar su discurso, su nivel argumental y enfrentarse a través de las redes sociales, logrando el apoyo del 86% de la población a sus argumentos. Es decir, hubo más conciencia política del beneficio de usar sus ahorros para su propio beneficio. Esa es la principal lección.

Es necesario aprender de esta lección para el escenario estratégico que viene y que dice relación con el Plebiscito para Aprobar el cambio de la constitución en octubre.

Finalmente, un  tema al respecto, los diputados del espectro democrático deberían poner en el debate, la idea de legislar para que el Plebiscito de entrada (octubre de 2020), fuera obligatoria, al igual que el Plebiscito de salida. Nada justifica que el Plebiscito de entrada sea con voto voluntario, sino la mantención del espectro electoral de las dos últimas elecciones presidenciales. Y aquello –disminución del espectro de votantes-, serviría para descalificar el proceso constituyente. Aún hay tiempo para enmendar aquello.